Capítulo 3

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Saco un preservativo de la mesita de noche, poniéndoselo de un solo movimiento, acto seguido coge un trapo en el que me fuerza abrir la boca para que no chillara, ni hablara.

- Daniel: Prepárate muñeca

Momento seguido sentí como entro su miembro en mi interior, me dolía, era la primera vez que tenía acto sexual, yo no paraba de moverme y avisarle que era virgen pero él me ignoraba y se reía de mi sufrimiento.

-Daniel: No entiendo porque gritas si ya estarás acostumbrada,  con ese cuerpo que pone cachondo a todos los tíos que te lo vea.

Yo solo lloraba, mientras que el solo se reía de mi sufrimiento, empezó a moverse suavemente y cada vez más rápido, el dolor que me hacía no podía ni respirar me faltaba el aire. Después de un rato él dolor no era tan intenso pero aún seguía hay.

-Daniel: Ves como te gusta que ahora, no quieres que pare. Eres mía, solo mía.

Mi cuerpo me pesaba como si me hubiera dado una paliza. Él seguía con sus embestidades, dejando ya que el dolor no fuera intenso.  Cuando pensaba que ya había acabado, me quita el trapo de mi boca y lo que iba a venir no me lo podía imaginar.

-Daniel: Sofía quiero que me hagas una mamada. Venga.

Me sentía como un trapo usado, no quería hacer lo que me mandaba.

- Daniel: Ya estoy bastante cansado de tus putas tonterías niña va.

Con miedo lo tuve que hacerlo, me daba mucha ganas de vomitar tener que meter su miembro en mi boca.  Lo peor fue lo iba a pasar

- Daniel: Dios eres buena. Trágatelo

- Sofía: Daniel por favor,  ya vasta tengo ganas de vomitar.

- Daniel: trágatelo o no dejaré que está noche duermas.

Me lo tuve que tragar, era un sabor amargo, tuve que irme corriendo al baño, ya que casi no me da tiempo ni a llegar.  Cuando volví  estaba dormido, estuve toda la noche en vela me dolía moverme no podía ni levantarme del dolor.

Al día siguiente.

-Daniel: Buenos días, cariño... al acabar de decir eso me dio un beso forzado.

-Sofía: Suéltame quiero salir de aquí, no quiero estar con alguien como tú.. eres un bestia.

-Daniel: tú te vas a ir cuando yo quiera, y con quien yo quiera, eres mía.

-Sofía: yo no soy objeto de nadie, y sobre todo, no soy tuya... empezó a reírse y a ignorarme.

No estaba mi ropa así que cogí la manta en la que cubría la cama.

- Daniel: No entiendo porque te tapas ya te e visto toda, no me hagas reír.

Mientras me vestía, mire como él observaba algo en la cama y me miraba con cara de sorprendido.

- Daniel: No me lo puedo creer, eras virgen.

- Sofía: Sí, hasta que llegaste tú y me violastes, eres un hijo de put.. me dio una bofetada en la que me izo caer al suelo.

- Daniel: Que sea la última vez, que me llames así, y la puta eres tú, no pude mirarle la cara empecé a llorar..., Si mencionas lo que a sucedido o dices algo inapropiado te haré de sufrir.

- Sofía: eres un cabrón!

-Daniel: Pues este cabrón, va ser tu marido así que ves haciéndote a la idea... cariño, además se me olvidó decirte, cuando te cases conmigo tendrás que obedecerme y cumplir mis normas.

-Sofía: Que normas... lo mire con rabia y asco.

-Daniel: Mis propias normas amor, ahora vístete y cuando bajes, no cuentes lo que a pasado a noche y ahora si no tendrás un castigo, entendido, él me miraba con rabia, no le respondí, ENTENDIDO!!, me cogió de la mano y empezó apretar.

-Sofía: Aaa!!, sí entendido, entendido.

-Daniel: está bien, ahora vístete nos vemos abajo.

Me miro y empezó a reír, después salió de la habitación. Me quede quieta en la cama, tenía miedo, solo ver lo que me había echo no quería ni verle la cara. Mientras me vestía, alguien tocó la puerta yo inmediatamente me limpies las lágrimas.

Tenías que ser túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora