Capitulo 7

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No habían hablado mucho en los últimos días, era cómo si no tuviesen absolutamente nada que decir, la verdad es que ninguno de los dos sabía cómo debía actuar ahora.

¿Bonita familia, ¿no? Pareciera que el embarazo de la pelinegra tan solo los había distanciado.

Pero ahora. . . ahhh, quizá por eso esta situación le resultaba incomprensible, no entendía nada. ¿Más qué importaba?, si tenía a Hinata entre sus brazos, nada más interesaba, ¡ nada !. . . solo ella.

Así que la besaba con locura y desesperación, cómo el sediento que encuentra el agua que tanto necesita. Naruto necesitaba a Hinata, la extrañaba, la deseaba.

Y le agradecía infinitamente a Dios que su pequeña esposa no se resistiera cuando él comenzó a despojarla de sus ropas; lo hizo con tal tranquilidad, que el rubio no parecía ser el mismo.

Cuando la tuvo desnuda frente a él, Naruto solo pudo sonreír con ternura.

~ Enana. . . toda tú eres mi nirvana.

Sus palabras realzaron el rojo en las mejillas de la chica.

~ ¿De cuándo acá hablas en rimas?

"Desde que te amo."

Pensó el muchacho, rodeando la estrecha cintura de su mujer y besándola porque simplemente no podía dejar de hacerlo; era adicto a sus labios, a su suave piel, al exquisito aroma de su cuerpo. . . ¡a toda ella!.

Naruto la tomó entre sus brazos, llevándola hasta la cama donde la recostó con suavidad, solo entonces rompieron el beso, mirándose fijamente uno al otro.

Tantas emociones reflejadas en los ojos de los amantes; mentirían si negasen que la lujuria no estaba allí.

Naruto no tardó en deshacerse de sus ropas, estrechando a la pelinegra para disfrutar del calor de su piel, la suavidad y el hermoso contraste de su piel, más bronceada, con la de ella, tan blanca como la nieve.

Y la besó cómo el adicto que ya era; abandonó esos dulces labios para recorrer cada rincón de su perfecta anatomía, su cuello, sus senos ya rígidos por las tantas caricias, su vientre donde desplegó cuantos besos pudo, con ternura, con todo su cariño, posaba sus labios sabiendo que su hijo crecía poco a poco.

Hubo un momento de quietud entre ellos en el que Hinata acariciaba el cabello rubio de su esposo, cómo agradeciendo lo cuidadoso que estaba siendo.

Más Naruto siguió su camino, deslizando sus traviesos labios hasta la intimidad de la joven, su lengua ya explorando la pequeña abertura, lamiendo con tranquila pasión.

El rubio no dudó en cubrir los labios vaginales con su boca y succionar el sabor a mujer que su enana le estaba regalando.

~ Mmm Naruto!!

Hinata jadeó complacida con el trabajo de su amante y arqueó la espalda mientras mantenía los ojos cerrados y apretaba con fuerza los labios, tratando de alargar un poco más el gozo que él le hacía sentir.

~ ¡ Naru.. ya por favor !. . .

Le pidió ella, su respiración completamente agitada, empapada en sudor, pero su marido no le hizo caso, ¡oh no!, al contrario, aprisionó su pequeño clítoris con sus labios, cómo suaves pinzas que lo succionaron sin descanso.

Eso fue algo que la pelinegra no pudo soportar y dejando escapar un fuerte gemido, se retorció entre las sábanas, aceptando el placer del orgasmo, satisfecha, feliz.

Con una sonrisa traviesa adornando su atractivo rostro, Naruto abandonó el sexo de la chica tan solo para embriagarse nuevamente con sus labios bañados en rosa, dándole a probar a la mujer un poco de su propio sabor.

Yo cumpliré tu deseo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora