EPILOGO

1.2K 101 6
                                    

Naruto extendió los brazos, animando a su hijo a ir con él. El pequeño gateaba lo más rápido que podía, ansioso de que su padre lo cargara.

El pequeño reía divertido cada vez que su padre lo elevaba alto, provocándole cosquillas en el estómago.

Mientras, sentada en las escaleras frente a la puerta, Hinata miraba la escena con una sutil sonrisa adornándole el rostro. Si alguien le hubiese dicho que tendría un hijo con Naruto. . .

~ Seguramente lo habría golpeado hasta dejarlo inconsciente. –Susurró, bromeando consigo misma. La verdad es que nunca llegó a creer que sería tan feliz al lado del Rubio y ahora. . .- ~ No puedo vivir sin él.

Pensó, o al menos creyó hacerlo, pues su esposo se giró a verla, preguntándole si había dicho algo, más al escuchar la negativa de la mujer, él volvió su atención a Boruto, con quien jugaba sobre el pasto fresco del jardín.

Y Hinata volvió a perderse en sus pensamientos.

Ese hombre había hecho tanto por ella. . . Hizo posible su anhelo más grande. . . ser madre; le había dado un hermoso hijo al que amaba con todo su ser, pero Naruto hizo mucho más que embarazarla.

"Aunque ese era el plan en un principio."

Pensaba la mujer, recordando lo frío que parecía su matrimonio en ese entonces.

Sin embargo, Naruto fue más que un donador de esperma, él le había dado amor.

Cada una de las noches que compartió a su lado, cuando yacía entre sus fuertes brazos. . . le había dado amor, le había dado felicidad y paz. . . una paz y tranquilidad que nunca logró sola y que bien sabía que desaparecería si por algún motivo él la dejara. Le dio sonrisas, además Naruto es un buen padre, muy cariñoso; estaba segura que Boruto no podría tener mejor padre.

La pelinegra suspiró al tiempo que se ponía de pie y se dirigía donde su familia, la que tanto deseó y que ahora tenía solo gracias a Naruto Uzumaki.

Hinata fue donde el bebé, que no dejaba de gatear por todo el jardín, y lo tomó entre sus brazos.

~ Es muy cansado cuidarte, ¿sabes? No quiero ni pensar en el momento en que empieces a caminar.

Le decía su madre, provocando la sonrisa del pequeño que no comprendía muy bien las palabras de la mujer, y estiraba las manitas tratando de alcanzar la cara de su mami para llenarla de besos.

Naruto permaneció estático mirando la escena; sinceramente nunca creyó que Hinata pudiese ser una madre amorosa y dedicada. De hecho, llegó a imaginarla cómo una mujer fría, que sería estricta con su hijo y que no lo dejaría jugar, ni siquiera salir al jardín para que no ensuciara la ropa.

Pero en cambio, ella le sonreía ampliamente al pequeño de cabellos rubios, contagiándolo con su sonrisa.

~ ¡Eres una mamá maravillosa!.

Fueron las palabras que se le escaparon al Rubio y que lograron que su esposa lo mirase fijamente.

~ ¿Lo dudabas?

Preguntó ella, sonriéndole de forma traviesa.

El silencio de Naruto fue suficiente respuesta y la sonrisa de la joven madre se tornó ligeramente triste, más se encogió de hombros y dijo. . .

~ Yo misma llegué a pensar que no sería una buena madre. ¡Estaba asustada!

Un incómodo silencio se formó entre ellos.

Naruto la miraba fija y seriamente mientras que ella ocultaba sus lindos ojos bajo los negros cabellos que caían rebeldes sobre su rostro.

Nunca habían hablado de esto, así que Naruto se sorprendió al saber que su esposa tuvo miedo y sin embrago. . .

"Hiciste a un lado ese temor y tu orgullo con tal de tener un hijo. . . no cabe duda de que eres única, Hinata."

Pensaba el muchacho, sin poder apartar la mirada de aquella chica a quien admiraba en verdad.

Él siempre la vio tan fuerte e invulnerable, tan capaz e independiente, que pensó que ella jamás necesitaría de él y aun así. . .

~ Todo te lo debo a ti.

Le dijo ella. Naruto arqueó una ceja sin entender claramente.

~ Yo solo te di un hijo.

~ Hinata sonrió sonrojada, sentía que no podía callarse esto. - ~ Siempre estuviste conmigo, me diste tu ayuda y tu apoyo, Naruto. . . no habría podido hacerlo sin ti.

El Rubio sonrió ante las palabras de su esposa, ésta era la primera vez que Hinata le agradecía por algo.

Con suavidad, Naruto se sentó detrás de ella, estrechándole la cintura, aspirando el aroma a flores que desprendía el cabello de su mujer.

La mujer había soltado a Boruto, quien, a gatas, seguía a una mariposa que iba de aquí para allá.

~ ¡gracias!

~ ¿Por qué?

El muchacho frunció aún más el ceño ante la pregunta de la chica; se rascó la cabeza, pensando. . . eran tantas cosas.

Le agradecía el que lo haya perdonado, que estuviese a su lado, que lo hubiese hecho tan feliz. . . por su amor, por todas las maravillosas noches que esperaba no perder jamás.

Pero más que nada. . .

~ Por Boruto. Aunque él era mi regalo para ti.

Un hijo para Hinata. . . de Naruto.

Naruto buscó los labios de su esposa, feliz de pensar que el pequeño Rubio que gateaba en el jardín, era parte de ambos; una maravillosa mezcla de ellos.

Un regalo que se dieron mutuamente y que compartirían por lo que les quedase de vida.




FIN....

Yo cumpliré tu deseo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora