Capitulum 26

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Ni siquiera había cerrado la puerta de su casa, había tomado a Shōto en brazos y tan pronto cerró la puerta de copiloto, Katsuki arrancó pisando de lleno el pedal.

-inclínalo un poco, no dejes que se duerma por completo-le ordena Bakugō sin despegar la mirada del frente.

-Shōto, por favor no te duermas.

Le suplica dando leves palmadas en su mejilla.

Las manos le temblaban pero no sabía que hacer, si, antes había actuado de una forma diferente, el momento y la adrenalina que corría por sus venas no estaba ahora mismo, no había guerra, no estaba peleando con nadie, ni nadie había herido a Shōto.

No sentía ni enojo, ni impotencia, solo miedo, mucho miedo a que pudiera perder a Shōto.

Los ojos de Shōto se entre abre por tiempos tratando de mantener la conciencia, sabe que no puede quedarse dormido, no quiere.

No quiere morir y alejarse de Izuku.

-I-Izuku-habla apenas e Izuku le aprieta la mano.

-aquí estoy Shōto, vas a estar bien, todo estará bien ya verás que si.

Lo aprieta contra él y le cobija mejor con la aborregada cobija.

-te mejoraras y entonces volveremos a casa, con Lana, con Lulú, Kacchan, Uraraka san...co-conocerás muchas cosas nuevas que se, te gustarán mucho.

Habla y no para, para mantener ocupada su mente y la de Shōto, ambos lo necesitan por razones diferente.

-conocerás el mar, conocerás un zoológico, el parque...hay tantas cosas que...-solloza leve antes de morder su labio con fuerza.

No llorará, no necesita alterar a Shōto justo ahora.

-ya casi llegamos, aguanta un poco más.

Kacchan manda a la mierda el que no haya más camino y mete el carro entre el lodo y pasto, caminar les llevaría mucho y no necesitaban desperdiciar ni un minutos.

Frena de golpe en la entrada del bosque e Izuku baja con Shōto en brazos y corre adentrándose a el lugar.

Casi ya sabiendo el camino de memoria no se para ni para ver por donde camina, si paso el lago, o el monte de piedra repleto de musgo o cualquier señal que le diga que va por el camino correcto.

-aguanta Shōto, ya casi llegamos.

No es que Shōto estuviera muy atento a lo que dijera Izuku, solo veía los borrosos mantos verdes que formaban los árboles, se le hacían tan familiares.

Él los conocía, estaban en el bosque e Izuku estaba cargándolo llenándolo de su calor y se sentía reconfortado.

El dolor se había reducido un poco en su mente por la distracción del paisaje familiar.

Pero a pesar de eso, el solo quería estar bien y deja de ser una carga y poder estar junto a Izuku sin ver sus ojos llenos de preocupación.

Izuku frena de golpe y cae hincado sobre el pasto y recuesta con cuidado al bicolor.

-Dios Shōto-solloza limpiando la sangre de la nariz de Shōto-no dejare que mueras, juro que estarás bien así me cuesten todas las vidas que me quedan.

Le quita el cabello del rostro que transpira por la fiebre que no baja y solo va en aumento.

-¡ayuda!-grita tan fuerte esperando que alguna hada aparezca por el lugar.

Para su suerte después de varios gritos más algunas hadas salen a la vista, entre ellos logra reconocer a el padre y hermano de Shōto.

Todas las hadas le apuntan con sus lanzas y el levanta las manos en son de paz y espera que reconozcan a Shōto.

Evermore -dekutodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora