- ¿Cuál es tu canción favorita de Caramelos de Cianuro? - ahora me toca a mí hacer las preguntas - ¡valla! no recuerdo bien la letra pero de veras es mi favorita - asegura Adriano - ¿ah sí? Pues entonces si la cantas un poquito tal vez así te podría ayudar a descifrarla - bueno, dice así - anticipa Puia - tu corazón tiene tantas penas como granos tiene la arena - me hace señas con los dedos para que la continúe - no la sé - miento para no tener que cantarla - ¿no te la sabes?
- nop - deberías. Caramelos es una banda de rock originaria de Caracas - ¿y eso qué? Es como que yo te diga que deberías aprenderte de memoria todas las canciones de Ricky Martín solo por el simple hecho de ser de Puerto Rico - no es lo mismo - lo es - pues yo no soy quien anda diciendo ser fan de una banda, la cual no sé una de sus canciones más populares en su tiempo - réplica - de seguro la cantaste mal, y además, desafinaste ¿cómo quieres que sepa cuál es?
- eres un fruto sin embargo eres más dulce que amargo - la continúa, aunque sin nada de ritmo Al percatarme que estábamos rodeados de tanta gente, me doy cuenta de...
- oh mira. ¡Hemos llegado! - aviso Dejo de lamer mi cono de barquilla para ver la gran estructura mecánica que tenemos de frente.
- ¡cielos! Nunca antes...
- viste algo tan exagerado - continúa por mí - uju - asiento atónita por la inmensa atracción - ¡quiero subir ahora mismo! - exclamo con la voz llena de euforia - ¿qué? ¿Estás demente?
- ¿demente? ¿Quién no querría subirse a esa cosa?
- ...
- espera un momento, ¿le temes a esa montaña rusa?
- no funciona con un mecanismo cualquiera, Lali - dice solemne y severo Le doy la espalda y miro la montaña.
- se nota - ¿ya lo ves?
Volteo y lo miro fijamente a los ojos.
- ¿y no piensas arriesgarte?
Ahora me observa como si estuviera enferma.
- Lali, te acabo de decir que no funciona como...
- ya lo sé, ¿pero cómo cientos de personas si pueden?
- bueno... ya estarán acostumbrados, supongo - pues no sé tú, pero yo me subiré
pues disfrútalo - créeme que lo haré y cuando esté allá arriba me diré «eres una zorra que lo logró» y si, me diré zorra. ¿Y sabes qué es lo otro? Que cuando tenga ochenta y cuatro años les diré a Peter y a Jazmín «su maldita abuela, si se subió a esa maldita estructura» - concluyo, viendo como atraje la atención de unas pocas personas - ¿Peter y Jazmín? - es lo que pregunta - ¿es en serio?
- está bien. Pero debes prometerte y prometerme que no me dejaras caer - dice, secando el sudor de sus manos con su jean - eso jamás... - iba a proceder con algo sarcástico, pero preferí ahorrármelo al ver esos ojos llenos de inseguridad, llenos de miedo, miedo de verdad - eso nunca - culmino, con toda la certeza de que jamás lo abandonaría - ¡hagámoslo! - exclama entonces, aunque con una sonrisa temblorosa Han pasado exactamente once minutos, y ya se acerca nuestro turno de adrenalina extrema.
Es inexplicable como a la mayoría de los seres humanos nos gusta la emoción que genera subir a esa atracción mecánica. Es cierto que da un poco de miedo, eso es cierto, pero puede llegar a ser toda una aventura, en especial si vas con esos locos amigos, de esos que están locos, porque esa es la mejor parte, que estén vigorosamente locos.
Y lo más loco de Puia, es que no le teme a las alturas, le teme a las máquinas, a los circuitos y a esos conjuntos de cables que hacen posible la interacción de ciertas fuerzas y energías.
Ahora, sobre los rieles se van deslizando poco a poco los trenes, formando una vía que desciende en forma de circuito.
Comienzan a levantarse los pasajeros, dejando puestos libres en el interior de los vagones.
¿ahora qué?
- subir, supongo - ah claro. Que sea éste - lo dejo escoger. Un vagón de color azul marino, junto con otros tres vagones del mismo color obscuro, que unidos forman un tren con forma de un extraño animal acuático - ¡valla elección! Amo el mar - divago para distraerlo - haces bien - ¿qué cosa?
- distraerme - no te distraigo - miento - lo que sea, síguelo haciendo - ¿cuál es tu segundo nombre? - disparo - Asier - Adriano Asier - completo - ¿y el tuyo?
- Majony - Lali Majony - completa Y no sé si Puia se está percatando, pero siento como los vagones se desplazan lentamente por las dos líneas paralelas y robustas, los rieles.
- ¿alguna vez escuchaste a James Arthur? - continúo - nop - y comienza a sudar frío - mira, Adriano, tienes que calmarte, okay?
Y las cadenas de ascenso inician su función: suben los trenes jalando hacia adelante.
- ¿y si los frenos están ubicados en los vagones y no en el carril?
- eso es imposible. Existen abrazaderas en la parte final del carril y en puntos estratégicos - intento explicarle con seguridad - ¿y si la velocidad no es suficiente para superar las futuras colinas?
- te aseguro que será veloz - de no ser así, no llegaría a subir completamente...
- y quedaríamos detenidos antes de llegar a la cima - termino por él - exacto - y veo el pánico plasmado en su cara La altura es de un nivel cada vez mayor, entonces la energía se acumula y se comienza a ganar energía potencial.
- ¡Quintero, por Dios!
- YA CALMA - le grito al aire - empiezas a asustarme, Adriano - es para estarlo. Ya estamos en la cima - y eso último es cierto, estamos en la cima, solo a segundos para descender Y entonces empiezo a cantar...
- ¿porque pasarnos la vida pidiendo perdón? ¿Porque atacarnos sin razón? Si en los caudales de tus ríos se confunden los míos... - ¿no era que no te la sabías?
Evado su pregunta.
- no me digas que me vas a abandonar no me dejes al azar - acobíjame en los lazos de tus brazos... - la sigue Puia - tu corazón tiene tantas penas - canto en la cúspide, logrando la ráfaga de viento hacer un baile con mi cabello - como granos tiene la arena - eres un fruto sin embargo Sin cesar, los vagones se liberan unas abrazaderas que lo sujetan por las cadenas.
- eres más dulce que amargo - entona sin desafinar - ten paciencia si te hago enfurecer Y cuando empieza la caída, el vagón es atraído hacia abajo, olvidando las penas y los miedos, y convirtiendo la siguiente parte del coro en un dúo.
- no me dejes caer, y ahora mi pecho late fuertemente, si pones la mano lo sientes, toda una vida errante y en un instante. Tú Recitando al viento.
Descubriendo lo hermoso que es el mundo.
Y archivando este momento por siempre en mi corazón robot.
Haber superado todas las colinas, se frena a propósito y finaliza el recorrido.
- wow! - es lo único que logro formular El boricua extasiado, fuera de sí, dice...
- que fortuna la mía de estar en esta tierra al mismo tiempo que tú. Que fortuna...
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No hay título para la historia
Teen FictionLali Quintero, una venezolana. Adriano Puia, un boricua. No hay título para la historia, es un libro fresco y juvenil que nace de la historia de dos adolescentes latinoamericanos que no saben nada de la vida, pero ellos creen que sí. Cada uno con s...