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Baji?!/Kesha?!
─¿Ah? ¿U-ustedes dos se conocen?─ preguntó Chifuyu confundido, intercambiando miradas entre ambos─. Baji-san nunca me dijiste que conocías a una alfa─ Keisuke nunca he había hablado sobre eso, es más, en ese momento ni si quiera estaba prestando atención a sus palabras.
─Wow Keisuke, has crecido mucho. Te hiciste más alto y te dejaste el pelo largo. Te ves como todo un casanova─ una suave risa de entre sus labios─. ¿Aun sigues teniendo esos terribles berrinches por tener hambre?─ volvió la mirada hacia el otro chico─. Por cierto rubio, mi nombre es Kesha Leonardi, aunque puedes llamarme simplemente Kesha─ Chifuyu asintió, todavía confundido de lo que estaba pasando.
─Ajá, sí sí, también es un gusto volver a verte mujer─ la escaneó con la mirada─. Tú también has cambiado bastante desde la última vez que nos vimos. Te has dejado crecer el pelo.
─Esperen, ¿ustedes de dónde se conocen?─ preguntó, recibiendo, esa vez si, la atención de los otros dos presentes─. No me ignoren carajo, no estoy entendiendo nada.
─¿Ow? Oh sí, claro, supongo que te mereces una explicación─ señaló hacia el pelinegro con una sonrisa de lado─. Nos conocimos en el Bloody Halloween, el mismo día en el que internaron a Keisuke de urgencia. Yo también entré y acabamos compartiendo habitación durante 2 meses─ una suave risa escapó de entre sus labios─. Era bastante divertido hacer carreras con las silla de ruedas. Pero primero los ayudo con los chuchos estos para poder hablar más tranquilamente.
Había estado media hora tratando de atrapar a todos los perros, resultando una tarea imposible. Pero una vez la mujer se interesó en la tarea, todo comenzaba a parecer bastante más fácil.
─Oi Kesha, ¿quieres venir a comer yakisoba cuando acabemos el turno?─ preguntó Baji, mirando a su alrededor, intentando localizar a los animales.
La más alta de los presentes asintió, confirmando sus palabra con una sonrisa que mostraba levemente sus colmillos. Y en apenas 10 minutos, lograron encontrar a todos los perros que se les habían escapado.
El trío recorrió todo el camino hacia la tienda de ambos omegas, hablando animadamente. Con Chifuyu preguntándole a la alfa cualquier cosa que pasara por su mente, Baji riéndose de las tonterías que salía de entre los labios del ojiazul y Kesha disfrutado del ambiente que se había formado con los dos omegas. Su primer día en Japón. Y se había desarrollado mucho mejor de lo que se había esperado.
─Mira mira, esta es nuestra tienda de mascotas, la conseguimos con arduo trabajo sangre y sudor. ¿A qué es bonita?─ preguntó el pelinegro con una sonrisa orgullosa, de haber cumplido su sueño. Estaba feliz de poder mostrárselo a la alfa.
─Opaa, pero está buenísima la tienda. Seguro que se gastaron los ahorros de toda una vida en esto─ posó las manos sobre los hombros de ambos chicos, dando un leve apretón a estos─. Estoy orgullosa de ti Kei. Y de ti también Fuyu─ felicitó, intercambiando miradas entre ambos, ganándose una sonrojo notorio y sonrisas nerviosas de los dos hombres.
Su tacto cálido le hacía recordar lo mucho que había cambiado desde que era una adolescente con problemas. Sus ojos caídos con tristeza e impotencia, su rostro magullado, y esa cicatriz sobre sus labios.
Y ahora, aun si de manera natural sus ojos estaban medio caídos, mostraban tranquilidad y paz. Le alegraba que su alfa estuviese bien.
─Y ya está, todos estos pequeños revoltosos están en sus camas, listos para dormir─ dijo la pelinegro en un susurro cariñoso.
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Ella es MI alfa ║Tokyo revengers ║
Fanfic║•La Alfa solo quería una vida normal. Y terminó metida en una poligamia con demasiados h...