Bakugou katsuki un omega estudiante de universidad, con un problema, nadie lo lograba motivar sexualmente
Todoroki shoto un adulto joven que trabaja en la universidad en que estudia nuestro cenizo, pero no sólo eso, este semental cuenta con una pol...
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Pov omnisciente.
Todoroki decidió no pensar más en el tema de bakugou por un tiempo, tal vez en verdad romper con esa "relación" le haría bien.
Se encontraba en su despacho, esta vez estaría todo el día en el hospital.
Su silencio se vio interrumpido cuando tocaron a su puerta. El respondió con un "pase" mientras seguia revisando algunos papeles, logró escuchar la puerta abrirse y volverse a cerrar.
Levantó la vista curioso para ver de quien se trataba, grande fue su sorpresa al encontrar un par de ojos rubíes mirándolo con algo de molestia.
-- bakugou... No te esperaba -- y vaya que no, desde de los de la noche anterior.
-- solo quise venir, de hecho tengo algo que mostrarle doctor todoroki -- el menor puso seguro a la puerta.
-- oh, enserio? -- lo sabía. Bakugou quería sexo. El tono de voz que usó lo decía todo. Y hasta ese momento notó el gran abrigo café que tenía puesto, tapaba casi todo su cuerpo, el todoroki estaba bastante confundido por ese motivo, acaso el cenizo llegó básicamente desnudo a un hospital!?.
El omega sonrió coquetamente al recargarse en el escritorio del mayor, conectando ambas miradas por unos segundos. Para después comenzar a desabrochar el abrigo, logrando sonrojar al mayor.
-- bakugou!... Este no es un lugar apropiado, podrían escucharnos -- le dijo deteniendo sus movimientos.
-- si claro, finjamos que no me follaste en los dormitorios, donde también pudo habernos escuchado alguien -- hablo con algo de sarcasmo quitándose por completo el abrigo
Shoto parecía un tomate humano. "No puede ser" Pensó, pues el pequeño omega tenía puesta lencería, está vez, parecía un sucubo, se veía tan bien.
Todo el traje estaba pegado a su cuerpo, parecía de látex, el crop top dejaba ver parte de sus pectorales, dejando su abdomen al descubierto, el short tenía unas cintas a los lados y sólo cubría una muy pequeña parte de su tracero, incluso tenía medias y una colita, solo faltaban los cuernos.
En resumen, es un papucho... Su cara parece tallada por los mismo ángeles.
No debería estar acostandose de nuevo con el. Pero verlo así, era irresistible. Y sin darse cuenta ya lo tenía contra el escritorio, besándolo y acariciando su cuerpo sobre el traje.
El cenizo tenía las piernas enredadas en su cintura y él simulaba embestidas logrando roses placenteros y provocativo.
Pero a pesar de todo, lograba sentir una punzada en su pecho, sabía que se estaba haciendo daño al lado de una persona que solo lo utiliza como un juguete, lo sabe.
Y pensándolo bien, tal vez tenga miedo. No de bakugou, no de ese omega que logró atraparlo desde el primer momento en que lo vio. No. Si no de él mismo, de lo que es capaz de soportar por seguir a su lado.
