XXIII

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—¿Sashy?

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—¿Sashy?

Sasha rodó sobre su lado abriendo los ojos con su cara a la pared detrás de ella. Marcy quería su atención de nuevo. Sasha estuvo durmiendo todo el día, no se molestó en salir al balcón y no era porque no quería ver a Marcy, simplemente estuvo cansada todo el día.

—¿Qué quieres, Marcy?—Gruñó.

—Yo... ¿Puedo dormir contigo?—Preguntó titubeante, su voz amortiguada por la pared. Los ojos de la Waybright se agrandaron.

—Amiga, ¿hablas en serio?

—Sí.

—¿Por qué?

—No lo sé, así puedes abrazarme, supongo.

—Marcy, si me negué a sostener tu mano durante una película, ¿qué te hace pensar que yo podría abrazarte? No soy de abrazos, de todos modos, especialmente con vecinas molestas como tú—. Se burló.

—¿Por favor? No volveremos a hablar de esto de nuevo, nunca más—. La de cabello negro suplicó.

—Nah. Sigo sin confiar en ti después de que hayas, básicamente, entrado a mi casa sin mi permiso y me despertaras. Solo vuelve a dormir—. Demandó rodando hacia su lado, esta vez, con la espalda en la pared.

Hubo un silencio entre ellas dos y Sasha finalmente estaba quedándose dormida cuando escuchó a Marcy hablar suavemente.

—Por favor.

Sasha exhaló intentando no frustrarse con esa chica.

—Solo ven, maldición. La puerta está abierta.

—¡Genial!

—¡Genial!

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Sunny days | SasharcyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora