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"ᴀʟᴇɢʀᴇ ᴍᴇʟᴏᴅíᴀ, ᴛʀɪꜱᴛᴇ ᴄᴏʀᴀᴢóɴ"

Los días continuaron de manera lenta y tortuosa, Kihyun ya no tenía amigos.

Las personas que lo habían dañado en un pasado se acercaron a el nuevamente, no las alejó. Ya se encontraba lo suficientemente herido por lo que pensaba que ya nada podría herirlo más.

Sus días llenos de colores y alegría, ahora eran grises, el sentimiento de soledad, tristeza lo rodeaba siempre.

Preguntándose a si mismo que hizo mal o ¿cual fue su error? Sin embargo nunca obtuvo respuesta.

Pidió cambio de salón, el cual no le negaron, todo para no ver el rostro de Hyunwoo. De hecho decidió ir a la azotea todos los días, donde no podía ver a las personas que llegó a los que un día consideró sus amigos, los únicos a los que le importaba.

El día en el que transferirian a Hyunwoo llegó, Kihyun decidió no asistir al instituto fingiendo estar enfermo.
Sabía que de alguna otra manera terminaría impidiendo que el chico se fuera, aunque este le había dejado en claro que no quería saber nada de él.

Un juego.

- Bifur estúpido.

Susurró escondiendo su cara en la almohada para silenciar sus sollozos.

[...]

La isla Jeju, se veía tan hermosa, de hecho lo era. Desde sus paisajes hasta estar rodeado de agua. Todo era simplemente maravilloso.

Hyunwoo sabía que debería estar en su nuevo instituto, sin embargo no pudo asistir a su primer día de clases, la imagen de aquel pelirrosa venía a su mente una y otra vez.

Cuando el chico sonreía y sus ojos se volvían medias lunas, o cuando sus mejillas se pintaban de rosa ante algo que el dijera. Esa vez que le dió un tierno, cálido y corto beso pero que significo tanto para ambos.

Se sentía un completo imbécil.

Siempre quiso tener una buena relación con su familia, no lo iba a negar. Siempre quiso que estos lo quisieran y lo aceptarán tal y como era.

Entonces ahora que tenía eso, ¿Por qué se sentía tan vacío? Ahora que sus padres "Lo querían", que su hermana "Lo apoyaba", que su familia entera lo tomaba en cuenta, se dió cuenta de lo mal que se sentía.

Apretó sus manos volviendolas puño, mordió su labio hasta hacerlos sangrar.

Se preguntaba si aún era demasiado tarde para remediar las cosas.

[...]

Kihyun fue obligado a aprender a tocar toda clase de instrumentos. Desde los más finos hasta los más sencillos.

Desde pequeño iba a clases de piano, guitarra, flauta, violín, etc. No era que él lo deseara, pero eran órdenes de su madre y debía cumplirlas, el deseaba vivir su vida como cualquier otro niño, tener una vida normal.

Jugar con un balón de fútbol en el jardín y ensuciarse, participar en las actividades del colegio junto a los demás y no por si mismo. Saber que se siente tener el papel secundario en una obra y no obtener siempre el principal.

Incluso hubo un tiempo en el que no hizo ni el más mínimo esfuerzo durante los exámenes, pues estudiará o no siempre obtenía las mejores notas.

Las reuniones familiares eran lo peor, pues si antes se comportaba como un títere, cuando su familia estaba presente debía ser el triple de perfecto. Y esta vez no debía ser diferente.

Después de pasar deprimido en su habitación, su madre lo había obligado a salir, vestirse y ponerse presentable para la dichosa reunión. Kihyun sin hacer a un lado su tristeza obedeció todo lo que su madre le decía al pie de la letra.

Por ese motivo cuando le pidieron tocar la flauta, él no se negó.

Llevo dicho instrumento hasta sus labios y dió inicio a una alegre melodía que hacía sonreír a todos.

Mientras que sus ojos expresaban su tristeza y pedían ayuda a gritos, nadie lo notaba pues esto era disfrazado por la alegre melodía que tocaba, y la curvatura en sus labios, obligándose a sí mismo a sonreír.

- Lo siento tanto, bonito - murmuró Hyunwoo, mientras observaba todo desde una ventana en las afueras de aquella casa.

ʙᴇᴀᴜᴛɪғᴜʟ ғᴀᴄᴇ [sʜᴏᴡᴋɪ]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora