six

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noviembre los dejó helados.
noviembre inundó de incertidumbre a bang chan.
dejó a chan expuesto, desnudo frente a minho.

fue un viernes el día que todo cambió. 

chan preparaba la cena en la cocina, mientras minho todavía se encontraba en la habitación, vistiéndose con el cambio de ropa que tenía en la casa de el australiano. aquella ya era casi su casa también.

llevó los ojos a su teléfono, que reposaba sobre el escritorio. se dio la vuelta y se apoyo sobre la mesa distraído. y un cuaderno cayó a su lado.

la mesa de chan siempre estaba repleta de libros, algunos de poesía y otros simples libros de texto de la universidad. minho se agachó con cuidado, alcanzando el pequeño cuaderno negro que reposaba a sus pies.

lo observó indeciso. ¿qué tan malo podía ser si lo abría? él había visto el cuaderno con anterioridad, chan lo custodiaba con su vida, y él siempre había tenido curiosidad por descubrir que escondían sus páginas.

 finalmente lo abrió, encontrándose en la primera página con la caligrafía ordenada del castaño y una frase en francés escrita en el centro de la hoja. minho pudo entenderla sin mucha dificultad, y casi se le cae el cuaderno de las manos.

su corazón latía con fuerza.

" *pour mon petit aux cheveux noirs et aux yeux de félin."

minho pasó las hojas con el pulso tembloroso y el corazón agitado. leyó cada palabra. se fijó en cada fecha.

tenía que ser un error.

aquellas palabras no podían ser para él. tenía que dejar de ilusionarse, chan no lo quería de esa manera. nunca lo haría.

había diferentes poesías firmadas por chan, poesías en las que el menor se enredaba de forma directa. minho sintió sus ojos cristalizarse a medida que pasaba las hojas. 

quizás chan también lo quería.

— ¿qué haces con eso? —chan le sorprendió, con la voz ahogada y los ojos inundados en pánico.

— chan... —susurró.

pero el australiano no lo dejó terminar.

— no sé qué has leído pero no es lo que estás pensando. —aclaró atemorizado.

si minho descubría la verdad iba a dejarlo. y chan no se sentía capaz de respirar sin él.

— ¿es...? —empezó el menor inseguro. — ¿es para mí? —finaliza con las mejillas coloradas.

chan sentía el miedo en cada poro de su piel. — n-no te vayas por favor... —habló con la voz quebrada. — sé que tú quieres a ese chico y yo no puedo hacer nada para cambiarlo, pero no te vayas de mi lado. —murmuró desesperado.

minho lo miró confundido, y sonrió antes de acercarse a él y tomarlo por las mejillas.

— ese chico eres tú. —susurró. — tú eres el dueño de mi corazón, bang chan.

el australiano se quedó sin habla. ¿estaba soñando? ¿era posible que minho lo amase?

— me gustas, hyung. —susurró el menor con las mejillas rojas. — estoy enamorado de ti.

wow.
lo había dicho en voz alta.

chan seguía estático, con sus orbes clavados en los de minho, como si quisiese colarse en sus pensamientos y averiguar si todo lo que decía era cierto. finalmente llevó sus manos a la cintura contraria inseguro, y el pelinegro sintió su piel erizarse bajo su toque.

el australiano sonrió en grande, pegándose más al contrario.

— je t'aime, mon cheri. —murmuró chan, con la vista fija en sus labios.

— moi aussi je t'aime. —le sonrió minho, con vergüenza.

y chan no esperó más.
estaba cansado de esperar.

se acercó a sus labios, y apresó el cerezo inferior del chico entre los suyos en un gesto desesperado. minho enredó sus dedos en la nuca del contrario con firmeza, y sonrió contra sus labios cuando chan afianzó también el agarre en su cintura.

quizá noviembre no era tan malo después de todo.

"la intensidad de tus besos y la suavidad de tus manos se enreda sin pudor en mis pensamientos.
tu piel erizada bajo mi tacto y mi corazón desnudo entre tus brazos.
sin pudor.
sin miedo.
y mientras nos prometemos amor eterno, no me importa si por un casual estás mintiendo.
porque si tus besos se convertirán en veneno, a este pobre iluso no le importa morir en tus belfos.
"
-B.C

*traduc: para mi pequeño de cabellos negros y mirada felina.


parís ★ banginho, chanhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora