『 Capítulo 12 ~ La unión hace la fuerza; la separación, inestabilidad. 』

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Narra Géminis:
15:34

Según la chica que estuvo conmigo, mi cuerpo se destempló, ya que simplemente había que volver a nivelarlo. Era algo que pasaba por haber estado mucho tiempo expuesta al frío, algo que en mi situación era entendible.

—¿Estás bien? –Me preguntó con nula confianza hacia mi persona.

—¿Quién sabe? ¡Quizás mienta! ¡O quizás el mentiroso seas tú!

—Eso no tiene ni pies ni cabeza.

—¡Como tú!

Reír era mejor que llorar, y debido a que no había logrado hablar hasta hacía una media hora, prefería ser enérgica a seguir lamentándome cual alma en pena, nunca mejor dicho. Ahora que me encontraba más o menos bien, tenía que gastar energía, eso es lo que me decía mi inquieto cuerpo.
Cáncer, como había sido desde que le conocí, se quedó un poco en una especie de trance, como si estuviese pensando qué responderme. ¡Era divertido verle así y molestarle!

—Bueno, supongo que estás como siempre. –Habló finalmente algo desmotivado, ahora que lo pensaba, quizás había pasado algo en mi ausencia.

—Dadas tus anteriores palabras no sabría decir si eso debería ofenderme.

—No me malinterpretes, simplemente no estoy "por la labor de pensar" ahora mismo. –Habló con retintín. Uno que no llegué a comprender.

Aun así, entendí sus indi... directas muy directas, así que me ahorré de meterme con un por un largo rato.

—Okay, lo entiendo, lo entiendo. ¿Al menos puedo preguntar qué pasó en mi ausencia?

—Es una "algo" de Tauro, creo. Se llama Leo y está en la tienda. Encima que fui yo quien la vi... –Masculló la última frase.

¿Envidia? ¿Rencor? ¿Molestia? Notaba una mezcla de las tres en su tono, pero siempre me podía equivocar.

—¿Vamos a la tienda o...? –Como siempre, la cago, porque por su mirada de odio pude entender que ahí residía su disconformidad.

—Ahora vendrán, supongo. –Resopló hastiado. —Aunque quería preguntarte que si nos acaban dejando la silla incluso si salimos, ¿te comprometes a cuidarla hasta poder costearnos una y devolverla?

Eso me dio qué pensar. Aunque tampoco le di muchas vueltas en el momento.

—Sí, claro.

Su rostro se arrugó, como si mi acción fuese ajena a sus enseñanzas, aunque bueno, sabiendo su anterior comportamiento, ya podía divagar por sus verdaderas intenciones. Creo que él no quería que me la llevase, ¿pero qué culpa voy a tener? Mejor que nos la dejen y nos quiten este peso de encima, que yo confío en mis capacidades y sé que lo podré lograr.

—Está bien, si tú lo dices...

—Argh, hay veces que eres demasiado sincero. –Hablé ahora yo, pues había algo en sus palabras que me lo llegué a tomar como una indirecta personal.

—¿Dices que tú eres una mentirosa, o que yo debería serlo?

—No te tomes mis palabras literalmente. Al menos yo pienso que uno tiene que darse cuenta de la situación y en base a esta, poner un filtro de humanidad. La verdad es buena, pero hay veces que no necesitas decir absolutamente todo lo que pasa por tu cabeza.

Buscando la felicidad. [ Zodiaco ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora