Elevator +18 [Completada]

04

Soyin

No pude evitar sonreír pero apenas se abrieron las puertas fui la primera en salir del elevador, Jimin me ayudó con lo último que me faltaba con subir.

—Bueno creo que eso era lo último, muchas gracias por ayudar —él sonríe.

—Sabes que no es gratis, mañana en la noche iremos a un restaurante, ¿Vale? Ese será mi pago.

—Está bien, buenas noches, Jimin —dije asintiendo.

—Buenas noches, Soyin-ah —no pude evitar sonrojarme por la manera cómo me llamó.

Al día siguiente me levanto para ir a trabajar como siempre, no quiero tener nada que ver con esos viejos horribles pero debo cumplir por mi padre, no puedo permitir que ellos tomen el control de la empresa que a mí padre tanto le costó construir. Apenas salgo me encuentro con Jimin entrando al elevador, ¿Acaso estoy destinada a encontrarlo todo los días?

—¡Esperen! —dije y el detiene las puertas del elevador antes de que estás cierren— Gracias.

—De nada —me dí cuenta que no estamos solos en el elevador, hay una señora mayor, una madre con su niña, una chica adolescente escuchando música en sus audífonos a la vez que mira su celular y un hombre de corbata y un maletín, tu tarjeta en el cuello dice contador.

Así que Jimin y yo nos quedamos al comienzo de elevador pero muy cerca el uno del otro, podía sentir su calor corporal y me está poniendo mal y caliente, tengo años que no tengo sexo, puede ser eso, simplemente estoy ansiosa y cachonda por volver a follar. Jimin ha despertado estos deseos en mí que hace años tenía dormidos. Apenas alcanzamos la planta baja nadie espero a que saliera sino que me empujaron a un lado y ellos salieron como si nada, pero lo peor es que me echaron a dónde está Jimin, tengo mis manos en su pecho y mi cara en su clavícula.

¿Si lo muerdo le quedará marcado?

Aish, cada vez me puedo controlar menos... Pero y si pasa no hay problema solo será un polvo y ya sin nada qué nos ate al otro, ¿Cierto?

—D-Debo irme —dije despegándome de su pecho.

—¿Te pongo nerviosa? —eso hizo que detuviera mis pasos.

—¿Qué? —cruce mis brazos y me hice la ofendida.

—Tartamudeaste, eso quiere decir que te pongo nerviosa —su sonrisa angelical aparece rompiendo las barreras que hasta hace un momento me estaba tratando de convencer que había.

—Nos vemos está noche Jimin, no llegues tarde —le guiño el ojo y salgo al estacionamiento siendo vista por Jimin, mientras subía al auto y salía del complejo jamás quitó su vista de mí.

*

Llegué en la noche eran las 6pm hoy las cosas fueron algo mejor ya que pude poner más carácter en la reunión con los viejos, llego a casa a darme un baño rápidamente y a arreglarme, no sé porque pongo empeño en ponerme linda, pero al fin y cuentas siempre quiero lucir bien.

Estoy terminando los últimos arreglos en mi cabello cuando escucho la puerta y allí está Jimin tan bien arreglado y apuesto, creo que debo estar roja, este hombre está rompiendo mis barreras.

—Te ves hermosa —su sonrisa hace que no corazón lata fuerte.

—Y tú muy apuesto, creo que serás el imán para las chicas está noche —le sonrío tomando mi bolso.

—Bueno, solo espero que funcione con la chica que de verdad quiero atraer —él muerde su labio mirándome fijamente— Entonces vamos.

Él me lleva hasta su auto y me abre la puerta del copiloto luego que estoy sentada, él da la vuelta y entra en el auto.

—Espero que te guste la cita —me mira de reojo.

—Oh, es una cita, yo creí que era una forma de agradecer —muerdo mi labio.

—No hagas eso —su mirada es más intensa.

—¿Hacer qué? —me hago la que no entendí.

Él se inclina y me besa, toma mi nuca atrayéndome a él, su cara de inclina para tener mejor acceso a mi boca, su lengua busca acceso a la boca, un gemido sale de mí boca y él gruñe, después de unos minutos de un intenso sesión de besos, él se separa de mí, solo me sonríe de manera pícara y luego comienza a conducir.

Llegamos a un hermoso restaurante, él me ayuda a bajar y toma mi mano al momento de entrar.

—Bienvenidos —dice el mesero mientras nos sentamos.

—Gracias —dice Jimin mientras recibimos el menú.

El mesero deja la mesa mientras nos deja pensar.

—Me gustaría saber de la nueva inquilina —él sonríe mientras mira el menú.

—Me imagino que solo lo haces por la seguridad del edificio, ¿Verdad? —él solo se ríe— Pues soy Cha Soyin, tengo 25 años, soy modelo pero también soy socia de mi padre así que estoy aquí por cuestiones de trabajo, pero vivo en Estados Unidos.

—¿Piensas quedarte, en Corea?

—Hasta ahora me gusta mucho Corea, yo nací aquí, solo que nos fuimos por los negocios de mi padre, y volví para ayudarlo. ¿Y tú?

—Yo soy Park Jimin, tengo 26 años, soy el dueño de Paradise y el Co dueño de Gym en el edificio.

—¿Ya decidieron que van a pedir? —dice el mesero. Jimin pide lo que los dos queremos y este se retira.

—¿Y no tienes pretendientes? —él bebe un poco de vino.

—Si, tuve dos novios en el pasado pero estoy soltera.

—Pues me parece muy bien, eso en gusta, en mi caso estuve en una relación por tres años pero nunca amé a la chica.

—¿Y porqué salías con ella?

—Pues porque era la hermana de mi mejor amigo y no pude negarme a su petición.

—Eres un buen amigo.

Después de cenar todo estuvo divertido hasta que llegó el momento de irnos, llegamos a los apartamentos y allí nos bajamos, podía sentir la electricidad ya que estamos muy cerca, entramos al elevador, él estaba en una esquina y yo en la otra, solo nos mirábamos, él pasaba la lengua por su boca y no pude evitar molestarlo un poco, así que muerdo mis labios y eso hace que el se lance a mí, besándome de forma agresiva, me sube las piernas a su caderas y yo las rodeo para quedar sujeta a él, sin dejar de besarnos él nos lleva hasta su apartamento, abre la puerta y la cierra sin despegarse de mis labios por un instante.