Sai

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La ruptura se hizo presente cuando Sasuke se fue de la aldea, tras perseguir su venganza por matar a su hermano.
El equipo 7 quedó devastado, y yo también.

Me asignaron junto al equipo de Shikamaru, Chouji e Ino, pero yo era una parte secreta de la asociación ANBU. Y estaba obligada a transmitirle toda la información importante a Danzo.

Sai llegó a la aldea y se unió al equipo 7, desconcertando a la mayoría. Sin embargo mis encuentros con él no se quedaron en las interacciones diarias entre equipos.
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- ¿Has terminado de comer? -me preguntó Shikamaru-

- Por supuesto. Mi alcance no es como el de Chouji -le dirigí una sonrisa y este me la devolvió-

- ______, ¿hoy también te vas a entrenar? -preguntó ahora la chica de cabellera rubia-

- Sí, recuerden que necesito proteger a mis compañeros de equipo -les dirigí una sonrisa y sorbí lo último que quedaba en mi plato de ramen-

- Nos protegemos entre todos, deja ya de preocuparte por esto. -mencionó Shikamaru- Es un fastidio.

- Nosotros también te protegeremos siempre ________. -habló esta vez Chouji con una sonrisa en su rostro mientras terminaba de comer su plato de carne-

Les dirigí una ligera sonrisa con la curvatura de mis labios. Palmeé ligeramente el torso de la mano de Shikamaru y este me dirigió un suspiró que atisbo a una pequeña sonrisa. Me paré de mi asiento y salí del local de comida, no sin antes despedirme de mis compañeros.

Las calles de Konoha ahora se sentían tan tranquilas, tan pacificas, pero al mismo tiempo vacías. Desde que Sasuke se fue muchas cosas han cambiado, entre ellas mi entrada a ANBU, sin embargo, una de mis razones para estar dentro era la posibilidad de dar con su paradero y ayudarlo a regresar a su hogar. A su vida.
La información que se manejaba entre los ANBU y Danzo era especial, pero, todo tenía un precio y yo también estaba pagando por recibir aquellos secretos.

- Llegas tarde -dijo enfadado-

- Lo lamentó, he tardado más en cenar de lo esperado

- No me interesa, acompaña a Yazute a la entrada de Konoha, recibimos información sobre una llegada nueva.

Y sin más peros, Yazute y yo nos hemos dirigido al lugar indicado para "recibir" al invitado. El sol comenzaba a dispersarse a lo largo del horizonte y la brisa fresca de la noche amenazaba con pegarme en el rostro y probablemente provocarme un resfriado de no ser por mi máscara, la única que me cubría de enfrentar los problemas cotidianos, en la que podía confiar para esconder mis verdaderas expresiones y los sentimientos que yo misma evitaba demostrar. Era una humana después de todo, también sentía, pero había olvidado como expresarlo. Y esta máscara era mi único consuelo para hacerlo sin que nadie lo supiera.
Me reconfortaba conmigo misma por las noches mientras transcurría el tiempo, sin parar, sin señales, sin nada.

- ______, los veo -interrumpió mis pensamientos mi compañero de misión-

- Bien, yo iré por el otro lado. Vigílalos desde el este y si sucede algo, ya sabes que hacer.

Mi compañero asintió para desvanecerse entre la penumbra.

Mis pasos eran ligeros, caminaba con cautela para evitar cualquier sospecha por parte de los recién llegados. Quizás podrían saber de Sasuke, quizás no. Pero mi esperanza perduraría hasta el último minuto.
Ambos caminaban en silencio total, sus miradas denotaban tranquilidad. Al parecer no era nada importante.

Uno de ellos portaba su chaleco Jounin y el contrario utilizaba una ropa simple de entrenamiento. Su camiseta corta era distintiva y sería fácil identificarlo de ahora en adelante.
Después de seguirlos por unos minutos más le dirigí una señal a mi compañero para retirarnos, no sin antes ver por última vez a aquel chico.

Mi arte - SaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora