Salida

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- ¿Con que ese es el problema? -me miraba al espejo mientras trataba de sonreír de forma forzada- Me veo ridícula.

De forma exasperada traté de peinar mi cabello de forma diferente, ¿una coleta? ¿chonguitos como TenTen?. Que mierda estoy haciendo.
Me recargué en mi tocador, solté un suspiro y pensé en todo lo que ha pasado. Sobre todo hoy. Que día mas de mierda.

Sonreí de nuevo al espejo sintiéndome como una completa tonta.

- Esto no se me da bien

- Yo creo que luces linda

Giré mi mirada hacia la ventana de mi habitación para encontrarme con Sai.

- ¿Los has sacado de tu manual para hacer amigos? -dije de forma sarcástica mientras me recargaba en mi tocador-

- ¿Eso es malo?

- ¿Supongo que no? -contesté no muy convencida-

- Tu sonrisa es linda

- Deja de burlarte -volteé a mi espejo y vi a través de el que Sai entró a mi habitación mientras curioseaba-

- Hey, hey, hey, no recuerdo haberte dado permiso de entrar -le dije acercándome a él con la intención de tirarlo por la ventana-

- No quiero irme -me miró como si fuera un cachorrito-

- Sabes, mi vida era tranquila hasta que te conocí

- ¿Que quieres decir?

- Lo que dije, siempre me haces pasar por situaciones extrañas y ahora mismo yo tendría que estar tratando de dormir, pero no puedo.

- Entonces salgamos

- No puedo dormir porque estás aquí, no porque no pueda teóricamente -le dije con obviedad-

- Aún así

- Eres imposible

- No existe esa palabra para describir a un ser humano

- Ah bien, salgamos -tomé mis llaves y abrí por completo la ventana, ganándome una mirada confundida de su parte-

Sonreí sin querer, pero de forma arrogante.

- Oh no, saldrás por donde has entrado

- Hey, vamos

- Sin peros

- Bien -resopló, pero enseguida se tiró por la ventana, ¿está loco?-

- ¿Que te sucede? -le grité desde mi ventana de forma asustada-

- Tú me dijiste... -lo interrumpí-

- Sai era un juego -tenia una rama enredada en su banda y eso me causa gracia, a veces podía ser muy ingenuo-

- ¡Ya voy!

Cerré bien la ventana y bajé las escaleras casi corriendo emocionada por una nueva aventura con un nuevo amigo. Cuando abrí la puerta estaba esperándome recargado contra un árbol y leyendo ese ridiculo manual sobre cómo hacer amigos.

- Vamos -le dije sonriente- más vale que sea una experiencia increíble
.
.
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Y ahí estaba yo. Viendo a mis amigos competir por un cupón de alitas picantes.

- ¡Le di! ¡Le di! -gritó Naruto como si el resto no estuviera a su lado mientras intentaba saltar el puesto de tiro con arco para ir él mismo por su cupón-

- Oye amigo, no puedes hacer eso -escuché como le recriminaba el chico del puesto tratando de impedir que pasara-

- Ya escuchaste Naruto -Shikamaru le reclamaba mientras trataba de jalarlo de su chaqueta-

Mi arte - SaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora