Completamos exitosamente la misión y regresábamos a Konoha con nuestra energía agotada, Habíamos encontrado a unos maleantes durante el camino, pero aunque su fuerza no era brutal, eran muchísimos, lo que nos agotó rápidamente. Deseaba llegar a casa y darme un relajante baño, prender mi televisor y ver mi programa favorito durante todo el fin de semana.
Mi vista se posó en la espalda de todos mis compañeros y no pude evitar sonreír hasta que visualicé a Sai. Caminaba con sus manos dentro de sus bolsillos y portaba su camiseta de siempre. Dejando a la vista su trabajada espalda, que parecía no tener fin, pues me encontraba mirándola fijamente. Analizando cómo sus músculos trabajaban en cada paso que daba.
Sentí que me tomaron de la manga de mi brazo izquierdo. Interrumpiendo mi deleite, no podía ocultarlo.
Giré mi cabeza hacia su rostro sin poder evitar sonrojarme por haberme descubierto. Y él se limitó a alzar una ceja en señal de confusión. Gracias a Dios.
Apuntó a mi maleta y enseguida recordé a que se refería. Lo miré fijamente y negué con la cabeza mientras me mordía por dentro el labio inferior, asustada por lo que podría pasar si llegará a decírselo a alguien. Rogándole con la mirada que guardara mi secreto.
Sus ojos blancos que parecían no ver nada, pero que en realidad lo sabían todo, me causaban escalofríos, pero de pronto asintió y se adelantó con el resto del equipo. Dejándome sorprendida, pero finalmente aliviada por su gran actitud. Gracias Neji.Sai quien no me había dirigido en todo este tiempo la palabra se giró hacia atrás para observarme, me detuve en mi lugar sin dar un paso mas. Quería discúlpeme con él. Debo hacerlo. Su ceño se frunció y esto me confundió.
Sacó sus kunais para lanzarlos sin despegar su mirada de mi.
- ¿Sai? -traté de avanzar hacia él con la voz temblorosa-
De pronto alguien me tomó del cuello con ayuda de un filoso Kunai. El olor a metal llegaba hasta mis fosas nasales y eso me hizo desconcertar, pero pensándolo bien, era un olor diferente, era agradable, era olor a hierro, tanto que comencé a sentir mis sentidos más débiles mientras intentaba forcejear con quien sea que me tuviera aprisionada. Mi cuerpo perdió fuerza y antes de que se cerraran mis ojos por completo pude distinguir a Sai corriendo hacia mi con el rostro llenó de preocupación.
- ¡_______!
Fue lo último que escuché.
.
.
.Sai
Naruto y Lee se encontraban llorando mientras se abrazaban mutuamente. Sus cabellos se mojaban por las gotas de agua que caían sobre ellos, sus ropas de combate lucían completamente empapadas por la cesante lluvia.
Dejaron una rosa encima de la lápida improvisada sin la posibilidad de evitar derramar más lágrimas.Ambos se miraban mutuamente afligidos. El resto de Konoha que pasaba a su lado los miraban extrañados, no los culpo, ajenos a la situación cualquiera lo haría. Incluso yo lo hago.
- ¡Cejotas! ¡Estamos muertos! -dijo mientras trataba de no escurrir más fluidos por su nariz, limpiándose con ayuda del traje del contrario-
- Fue un gusto Naruto -respondió el discípulo de Gai sensei-
- Qué tal Ichiraku -habló esta vez Shikamaru pacíficamente, cerrando el grifo de la manguera con la que estaba tratando de regar el pasto, pero se vio envuelto involuntariamente en el escándalo del par-
Al escuchar las palabras del Nara, el dúo se exaltó y pegaron un brinco por el susto. Se miraron mutuamente por un segundo para después salir corriendo.
- Perdónenos -gritaron al mismo tiempo antes de salir disparados a donde quiera que fueran-
- Mocosos -observó como se iban para después dirigirse al de coleta- por favor diles que la próxima vez que hagan una competencia de comida en mi local, procuren no pagar con cupones vencidos -habló el dueño del local mientras le daba un tic en el ojo y alzaba los cupones desgastados-
- Lo lamentó mucho -hizo una inclinación el Nara en señal de disculpa por el comportamiento de sus amigos-
- Esta bien -lo tomó del hombro- llévalos después, los haré lavar los platos -le sonrió con complicidad, ganándose la misma seña por parte del joven y un breve asentimiento-
El señor se fue del jardín de Shikamaru por la puerta trasera, no sin antes recomendarnos su nuevo ramen de pollo.
- Debo irme -le dije al chico-
- ¿Irás a verla?
- Sí, hoy le llevaré un té que he preparado
- Iré contigo, mi madre le ha preparado comida, aguarda un momento -pálmelo ligeramente mi hombro para después entrar a su casa por el encargo de su mamá-
______ había sido atacada por un miembro de Akatsuki de regreso en nuestra última misión. Ha despertado hoy y he querido ir a verla inmediatamente para asegurarme de que se alimentara y descansara bien.
Los dos días que estuvo inconsciente no paraba de retorcerse por la incomodidad del collarín. La herida había sido tal que además de provocar un derrame de sangre enorme, sus fibras musculares habían salido afectadas por el contacto con el afilado metal.
Entramos al hospital y antes de dirigirnos hacia la habitación de ____, pasaríamos a darle un vistazo a Chouji, quien había tenido una indigestión por comer tantas frituras.
Solo le deseé que se recuperara y salí de ahí tan pronto como pude.
- Sai, en un momento te alcanzo -me dijo Shikamaru fastidiado mientras hablaba con la recepcionista intentando convencerla de cancelarle la entrega de papitas a Chouji como merienda-
Vi a ____ recostada sobre la camilla, sus ojos se mantenían cerrados. Sus labios estaban entreabiertos, pero parecían humectados a pesar de no haber bebido nada durante dos días y solo confirme mis sospechas cuando me percaté del arreglo floral que se encontraba en su mesa de noche. Ino había estado aquí.
Me acerqué al arreglo floral e hice un espacio para colocar la tetera y una pequeña taza para que tan pronto despertara pudiera beber algo.
Me senté en un pequeño banco junto a ella sin despegar mi vista de sus asombrosas pestañas, sin dejar de apreciar cada línea y facción de su rostro.Reprimiendo las ganas de acuñar su rostro con mis manos, pero resultaba imposible debido al collarín y porque probablemente se molestaría. Sonreí para mi mismo al recordar su actitud.
Mi mano lentamente comenzó a deslizarse hasta la suya y no pude evitar tomarla suavemente para después besarla, tal y como lo había hecho la primera vez que la conocí. Este acto hizo que comenzara a despertarse e inmediatamente decidí retirar mi mano.
Su débil vista se dirigió hacia mi, consternada intentó enfocar su vista en mi, tratando de reconocerme.
En ese precioso momento Shikamaru entró por la puerta con la bolsa en mano que contenía la comida de su madre. La dejó en la repisa de la entrada de la habitación mientras se acercaba a su lado.
- Hey -dijo a modo de saludo-
- Shikamaru, ¿quién es él? -fue lo primero que pronunció ______ después de su profundo sueño, por el que tanto sufrí e incluso me culpé y ahora todo esto estaba destrozándose para mi-
Todo se había acabado antes de que si quiera hubiera comenzado.
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Mi arte - Sai
RomanceUn amor que no puede definirse con trazos. Un destino que aún no está escrito. La tinta permanece indeleble en un lugar y ese, es su corazón.