𝟎𝟏

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El día era extremadamente lluvioso, pero ni siquiera el tormentoso clima iba a arruinar aquel día tan importante para ellos.

—¡Te amo! —reía mientras tomaba entre sus manos su dulce carita, esa que declamaba como una misma obra de arte, su obra de arte —¡Te amo tanto! —Volvió a reír viendo inmensamente a sus ojitos avellana.

Por fin lo había aceptado, era amor y no uno fraternal.

La cancha de fútbol no parecía tener fin por lo inmensa de la misma. Completamente vacía, solo para ellos.

Nadie en su sano juicio saldría sin un paraguas a empaparse por la llovizna, tal vez solo un loco.

Y eso eran; dos adolescentes locos enamorados, jurándose amor eterno a los cuatro vientos, como si no existiera un mañana.

Poco les preocupó que estuviera literalmente en su totalidad empapados, o que tal vez un resfrío se asomaría a la siguiente semana. A ellos en ese momento, solo les importaba su lozano y naciente amor.

—¡No sabes cómo te odio! ¡Te demoraste siglos, idiota! —exclamó sin ya poder abrir los ojos muy bien por la cantidad de agua, al mismo tiempo apegándolo a su cuerpo de la cintura.

—¡Te amo! —rió rodeándolo por el cuello. Decirlo se sentía fantástico.

Al carajo todo el mundo. Era gay, sí. Se enamoró de su mejor amigo ¿Y qué?

—¡Dilo más fuerte! —exigió creyendo que era un sueño; lo apretó con fuerza. No había espacio suficiente para el frío cuando en su corazón se sentía tan cálido.

Win sacudió sus cabellos azules con una enorme sonrisa antes de intentar mirar al cielo, fallando claro, por la incesante lluvia, pero a la vez gritando hacia este:

—¡Te amo! ¡Te amo! ¡TE AMO!

Sip, decirlo, gritarlo, era la mejor sensación real de libertad que había sentido nunca.

Por fin abría los ojos y dejaba de negar lo innegable. Había caído por su mejor amigo y ya no había porque esconderlo.

A Bright se le derramaron un par de lágrimas por las emociones desbordantes, que agradeció el mayor no pudo ver porque hasta él mismo tenía problemas para abrir los ojos. Nadie sospecharía porque también estas solo se fundían con la lluvia.

El ser correspondido era lo mejor que había sentido en su vida. Pero Win no tendría porqué saber que lloró como un bebé por la conmoción; su mejor amigo (futuro novio) terminaría por burlarse como siempre de él.

—Yo te amo más, Win —susurró, pero fue escuchado debido a la cercanía. Ni siquiera el estridente sonido de las gotas de lluvia al reventar fue capaz de apaciguar el sonido de los latidos de sus tan alegres corazones.

Después de susurrar aquello sobre sus labios, Win decidió no perder más tiempo y lo cargó de la cintura, haciéndolo girar en el aire mientras el otro reía como un niño pequeño para después atrapar su boca con la suya como tanto lo habían soñado ambos.

Desde ese 04 de marzo, su amor creció como ninguno.

Había pasado más de nueve años amando a Bright de diferentes maneras, como familia, como mejor amigo, como novio...

Oficialmente en un mes llegaría nuevamente el 04 de marzo, donde deberían celebrar su sexto año como almas gemelas.

Y no.

Ojalá así fuera, porque estaba convencido de que ni siquiera llegarían a dicha fecha.

Y sí, su relación se estaba yendo a la mierda (si es que ya no estaba ahí).

Win, impaciente y sentado en la mesa de la cocina del pequeño departamento que compartía con su actual pareja, leía los titulares en el periódico del día.

"Casos de coronavirus aumentan en Bangkok."

"La cifra de infectados aumenta en un 83% en la última semana."

Cerró el periódico en un movimiento brusco, empujando la lengua contra su mejilla interna, su pie dando toques repetitivos impacientes en el suelo.

Por tercera vez en la noche, revisó la hora en su reloj de mano.

Eran las 7:00 de la noche y él aun no llegaba; su turno terminaba a las 5:00.

Ok, eso era todo.

Ya estaba harto, tampoco podía más.

No era como si le importara de todas formas: Su amor ya estaba tan muerto como el pollo que se acababa de comer.

Y era triste, pero no por el hecho de que doliera, esa fase ya había terminado. Dolía, justo porque habían llegado a la peor etapa, la de la indiferencia.

Y no era cuestión de un día para el otro, no. Ellos habían alimentado el fin de su relación desde meses antes; cada vez menos tiempo juntos y más tiempo en el trabajo, ya no salían a citas como antes, luego fue el exceso de trabajo, luego ya ni siquiera acordaban para comer en casa juntos, meses de abstinencia sexual...

Aunque no para ambos.

Recordar ese día (en el que oficialmente todo se fue al caño y peor, hasta el mismo desagüe), le dejaba un sabor amargo en la boca, ya no era un triste salado felizmente.

Win comía papitas fritas de bolsa mientras miraba un punto fijo de su ventana.

¿La ventana tenía algo especial? No, no tenía nada, sin embargo, la miraba absorto como si no la hubiese visto cuatro largos años ya.

Mantenía la mandíbula apretada, solo relajándola para meterse una nueva papa a la boca para después masticar con fuerza suficiente como para romper mármol.

Estaba molesto, claro que sí, pero dolido no. O por lo menos no mucho, ni tanto como lo imaginó.

Con su mano libre apretaba su teléfono por sobre la mesa con la esperanza de que reventara en miles de pedazos.

¿Cómo pudo ser tan imbécil como para creerle?

Después de un minuto haciendo lo mismo, escuchó a la puerta abrirse y cerrarse. Sus ojos se posicionaron en Bright quien estaba ingresando al departamento a la par que se desajustaba la corbata con una mueca de incomodidad.

—Hola, ¿hiciste de cenar? —preguntó con simpleza sin reparar en el castaño que ahora que lo tenía en frente, se veía más molesto.

Ya habían dejado el "amor" "bebé" "precioso" "cariño" y "cielo" meses atrás. Todo era jodidamente y tristemente frío.

—¿Dónde estabas? —preguntó Win intentando sonar calmo.

—¿Qué? —se giró fastidiado hacia el menor mientras se sacaba las prendas incómodas, dejándolas en el sofá —Trabajando.

Win soltó una risa seca y sin gracia.

—Tú de verdad crees que soy un estúpido... —masculló asintiendo, la impotencia subiendo por sus venas.

—¿De qué me estás hablando?

—¿Cuánto tiempo ha sido? ¿Días? No... —Se respondió a sí mismo con amargura —De seguro han sido meses ya.

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© @TumishaSiosi

graciaas por leer<3

𝐬𝐭𝐮𝐜𝐤 𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐮 ╹𝑩𝒓𝒊𝒈𝒉𝒕𝑾𝒊𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora