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Delilah Dumbledore siempre tuvo una belleza inexplicable, algunos jurarían que era una muñeca en vez de una bruja ya que eso aparentaba su pequeño físico.
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𝓲𝓲𝓲 |𝐅𝐢𝐫𝐦𝐚
Escribir una carta es sencillo, se podría decir que es un conocimiento general, sobre todo para los magos y brujas. Ya que una carta podría denominarse al mayor medio de comunicación que existe en el mundo mágico y uno de los más simples, además del más usado.
Comenzabas claramente con un pergamino, dependiendo de quien seas sabrías cual usar, ya que si fueras el neutral Regulus Black claramente tendrías uno de esos típicos juegos de pergamino donde el escudo familiar estaría presente, pero hablamos de Remus, Remus Lupin, era suerte si sus medias eran pares. Por lo que se conformó con tomar un pergamino limpio.
Lo que procedía era bastante sencillo, excepto si estas perdido en el espacio tiempo o el lugar en el que estas no tiene nombre, ya que una carta se inicia con la fecha y lugar en la que fue escrita.
Hogwarts, 13 marzo 1976
Se continuaba con un saludo cordial, en este caso debía ser algo no muy formal y ni muy extenso ya que el cuerpo de la carta estaba para ello, lo más simple se derivará a un "Querida Delilah...", había más formas de saludar pero el joven Romeo había pensado cada una de ellas, ninguna le pareció adecuada por lo que decido irse a lo común. Jamás se había sentido tan nervioso al escribir una carta.
Su nerviosismo aumentó al llegar al cuerpo de esta, tenía miedo de escribir algo incorrecto o que sonase simplemente ridículo. No sabía cómo hablarle, literalmente eran muy diferentes o eso era lo que ella irradiaba al mundo. Solo la conocía de lejos, sabía lo básico, lo que cada chico en la escuela podría decir y tal vez esa carta haría que conozca de verdad a Delilah Dumbledore. Lo último que quería era mostrar a alguien que no era en el papel, no quería darle una imagen falsa para que ella se acercara, él quería que se enamorara de él, no de una imagen distorsionada de Remus Lupin.
Deseaba que en esa carta saliera solo la verdad y que ella quisiera esa verdad, prefería no guardar ningún secreto. Eso parecía lo mejor pero tampoco deseaba que su carta pareciera un lamento, solo era una confesión, no debía ser algo tan grande, además la chica recibía cartas a diario, era imposible que notara la suya. Pero como toda persona con el coraje en vena y los sentimientos a flor de piel olvido un pequeño detalle...
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Te debe parecer raro encontrar una carta más en tu correspondencia o tal vez ni siquiera te hayas dado cuenta de su existencia, ya que recibes muchas cartas al día y no creo que puedas leer todas, a veces es sorprendente cómo los niños de tercero te escriben o hasta te dan flores. Pero en estos instantes no soy quien para juzgarlos, me encuentro escribiéndote una carta y recordando que yo también fui un niño de tercer año enamorado de ti, actualmente soy un chico que está a tres meses de pasar a sexto año, el cual aún sigue enamorado de ti.
Es curioso cómo por fin me decidí a escribirte, ya que francamente esto es algo que nunca pensé que haría. Ya que nunca es fácil admitir las cosas, se muy bien cuáles son las facetas para aceptar algo, la negación es algo común. Pero acepto mis sentimientos y deseo que sepas.
Delilah eres como una linda primavera en cualquier época del año, tu simple figura y aspecto parece ser el de una hermosa muñeca de porcelana, eres super lista y sobresaliente por tus opiniones e ideas, eres realmente interesante, pero eso es solo lo que muestras. Me gustaría conocer mas de ti, saber más de Delilah Dumbledore, no solo de la gran imagen que se sabe de ella. Sonara raro pero me gustaría ser el chico que la pueda ver recién levantada o arreglándose para salir.
Me encantaría poder quererte en todas tus formas y que tu puedas hacer lo mismo conmigo. Sé que es solo un deseo de un chico enamorado y que es imposible que leas esto, pero es una forma de decir lo que no te puedo decir a la cara, una forma de no ser tan cobarde.
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Un día nuevo comienza y con eso se podía ver volver a Sirius Black con una canasta de chocolates, estaban claros para quien eran y lo que buscaba. No resultaba muy maduro sobornar a su mejor amigo con chocolates para que lo perdone, pero esa era su forma de pedir perdón.
- Perdón - soltó viendo a su amigo sentado en su escritorio, este no dio ni una respuesta y antes de que lo haga dejo la canasta llena de chocolate frente a él, para que un "Estás a prueba" salga del castaño
El azabache lo miro en silencio, al igual que Potter y Pettigrew. Los tres sentían que algo atormentaba al chico, lo habían notado desde que había regresado a la biblioteca. El silencio se volvió incómodo al igual que la atención de sus amigos haciendo que saque todo lo que tenía que decir - Le escribí una carta, okey - hablo haciendo que una sola pregunta invada a sus amigos "¿Que respondió?" .
-Nada, no lo hizo - murmuró - y es lo mejor ella jamás podría amar a un monstruo como yo - comentó con una mezcla de varios sentimientos. Tristeza, enojo y asco
-Vuelve a decirlo y juro que te doy un golpe - soltó el pequeño Peter Pettigrew con algo de brusquedad, él no era una persona violenta, por lo que era rara verlo soltar comentarios así - tal vez es timida o no se tenía una de esas juntas que tiene con su padre
- Lo segundo es lógico - comentó Black dándole la razón al pequeño - ya que es imposible que sea tímida, habla frente a todos además-
No pudo terminar, Marlene McKinnon había entrado a la habitación acomodando sus lentes de sol "¡Adivine! La reinita de Hogwarts se enamoró de un admirador anónimo" contó sentándose en la cama del licántropo - Para ser sincera no la culpo, si a mi me dicen que quieren amarme en todas mis formas, simplemente me derrito - dramatizo terminando recostada - pero es curioso, siempre pense que era lesbiana, ya que decían que había salido con la ex novia del capitán de Quiddich de Hufflepuff, pero ahora todo apunta a que come de to - rio para pararse - y yo que pensaba que lograrías conquistarla Rem o tal vez yo, osea es Delilah y cuando habla, acaso viste esa seguridad-
-Marlene no queremos saber tu fantasía sexual con la hija del directo - la interrumpió James para que esta le lance una mala mirada
- No saben entender mi apreciación del arte - hablo ofendida para salir del cuarto
La habitación volvió al inicial silencio para notar a un Remus sonriendo, uno que abría una barra de chocolate con lentitud, todo indicaba a una cosa.
- Te olvidaste de firmar la carta - rió Sirius Black recibiendo un pequeño golpe de su amigo
- No te rías, aun estas a prueba - añadió Lupin para que una pequeña risa salga de su compañero de cuarto
