Capítulo 06

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No me abraces.

No te restriegues contra mi.

No me huelas.

No me mires.

No me toques.

No me toques.

¡NO ME TOQUES!

Takemichi lloraba en la ducha mientras se sobaba con furia el cuerpo, intentando eliminar ese olor que nunca sería capaz de quitar.

Las personas siempre se sentían seguras y calmadas al rededor de él, al rededor de sus feromonas.

Feromonas de omega.

Cuánto asco le daba.

Todos los días eran lo mismo desde que se presentó como un omega varón, levantarse y tomar desayuno, recibir los insultos y comentarios asquerosos de su padre, que jamás dejaría de ser un maldito neandertal, pasar por el lado de su madre y solo recibir decepción en su mirada. Decepción por ser un hombre diferente, por ser un hombre capaz de concebir cachorros.

Su padre siempre le había hecho odiar esa parte de él, pero no era algo que podía esconder, tendría que vivir con esa humillación toda la vida.

Aunque no quería admitirlo, la voz de su padre siempre estaba en su cabeza, recordándole la abominación que era, el asco que daba, y quiera o no, lo patético que era.

 Ser un omega no era un orgullo, era una maldición, ser tratado diferente por ser una raza inferior... Siempre era lo mismo, siempre era él quien debía ser salvado, siempre era él quien tenía que ser tratado de forma diferente. Porque en palabras de ese hombre: Era tan débil como una mujer.

¿Por qué? ¿Por qué la vida era tan cruel con él?

A un día de su cumpleaños número quince, se presentó su celo y su padre lo primero que hizo fue gritarle furioso lo decepcionado que estaba y cómo había arruinado su futuro. Lo comparó con su madre y con una ramera, le tiró los vestidos de su madre encima y destrozó los juguetes que tenía en su habitación.

Le dio asco verse al espejo.

Esa noche ni siquiera lloró, porque las lágrimas de su madre lo hacían sentir superficial, ¿Con qué derecho lloraría cuando su madre tenía más razones de hacerlo? Era inútil.

Cerró la ducha aún con los ojos vidriosos mientras veía aquellas marcas rojas en su piel por haberse fregado fuertemente contra su piel. Estar dentro de su casa o dentro de un espacio pequeño con su propio olor le generaban arcadas.

Mientras se secaba, esperaba que aquella incomodidad en su pecho se fuera. Llevaba ya cerca de una semana y media sin ir y regresar de la escuela acompañado de Chifuyu, y eso era principalmente para demostrarle a su padre que no debía desconfiar de su amigo.

Chifuyu jamás gustaría de él.

Era imposible.

Tenía que serlo.

‿︵‿︵卍『Un Simple Rumor』卍‿︵‿︵

— ¿Qué hacías tanto tiempo ahí adentro? —Takemichi pasó de largo sin escucharlo y entró a su habitación, asegurando la puerta después de cerrarla tras suyo. No escuchó quejas, ya está acostumbrado.

— ¿Qué estaré haciendo? Idiota. —susurró. Se tiró en la cama y sacó su celular, tenía pocos mensajes pero como no tenía nada que hacer, deseaba distraerse con algo.

El grupo en donde estaban Takuya, Makoto, Yamagishi, Akkun y él tenía cerca de 25 mensajes, seguían escribiendo y mandando videos y fotos graciosas. Se le escapó una sonrisa. Verdaderamente no sabía explicar el cariño que les tenía esos cuatro.

Un Simple Rumor [ChifuTake]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora