Capitulo 24

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Punto débil

La felicidad rebosaba en aquella habitación, el alfa azabache acariciaba los mechones plateados de su omega, mientras este permanecía recostado en su pecho, ambos envueltos en una sábana blanca, al fin se sentía totalmente pleno, que ironía, aquél que creyó odiar ahora se había convertido en la persona más importante de su vida en su fuerza y debilidad.

— Tengo hambre... —Murmuró Kakashi.

— ¿Quieres que te prepare algo? —Preguntó el azabache.

— ¿Sabes cocinar? —Dijo con un deje de diversión.

— Por supuesto que se cocinar. —Contestó el azabache.

Kakashi solo se rió, luego lo volteó a ver para después darle un beso, las manos de Obito se deslizaron por la desnuda espalda del peliplata, mientras su lengua empezó a explorar la boca del contrario, el omega gimió y se separó del beso.

— Mierda... de verdad tengo hambre... —Expresó haciendo un puchero, Obito soltó una risita.

— Bueno pues tienes que soltarme, para que pueda prepararte algo... —Apartó un mechón de cabello del rostro de Kakashi.— Me daré un baño rápido y luego voy a la cocina.

— ¿Nos bañamos juntos?

— ¿Estás seguro? Dijiste que tenías mucha hambre.

— No importa vamos...

Ambos se metieron a la ducha, al azabache le gustaba acariciar el vientre del peliplata, le besó los hombros cuello y fue bajando por su espalda.

— O-Obito... Se supone que es un baño rápido...

— Jeje, cierto... —Dijo entredientes, pasó él jabón por el cuerpo del omega.

— Yo también quiero enjabonarte... —Expresó el peliplata haciendo un puchero.

Luego que ambos se enjabonaron se quedaron unos minutos más bajo la regadera, el azabache salió primero y se vistió.

— ¡No te quedes mucho tiempo ahí! —Mencionó desde el otro lado de la puerta.

— ¡Ya voy a salir! —Contestó Kakashi.

El alfa solo sonrió y caminó hacia la cocina, dispuesto a prepararle algo de comer a su omega.

Al llegar a la cocina el azabache abrió la alacena, después el refrigerador, no tenía ni idea de que prepararle, para su salvación llegó Minato

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Al llegar a la cocina el azabache abrió la alacena, después el refrigerador, no tenía ni idea de que prepararle, para su salvación llegó Minato.

— Buenas tardes Obito. —Saludó Minato, pero el azabache no respondió observaba fijamente la estufa, así que el rubio hizo lo mismo.— ¿Qué le pasa a la estufa?

— ¿Eh? Nada, sólo que... ¡No se que prepararle a Kakashi!

— Hazle unos onigiris. —Contestó el rubio.

Una burla del destino (Obikaka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora