Esta es mi primer historia omegaverse y es de uno de mis ships favorita.
Konoha es la única aldea que tiene como lider a un omega y es que no se trata de cualquier omega, sino de uno de los ninjas mas fuertes el apodado relámpago amarillo, esta casa...
Minato llegó a su casa ya era tarde así que Kushina estaba dormida, el fué directamente al baño, colocó pasta dental en su cepillo, pero al ver hacia el espejo se sobresaltó y dejó caer el cepillo en el lavamanos.
— ¿Qué haces aquí? —Preguntó frunciendo el ceño.
— ¿Dónde está Kakashi? —Contestó Obito permaneciendo cruzado de brazos, recargado en la pared.— No lo dejaré en paz hasta que me de la ubicación de mi omega.
— ¿Y porqué no lo buscas tú mismo? —Replicó Minato terminando de lavarse la boca, dispuesto a salir del baño.— Ustedes dos tienen algo que los une, una conexión muy fuerte.
— Lo sé, pero eso no significa que voy a encontrarlo sin tener ninguna pista.
Minato solo lo ignoró y caminó hacia la habitación de Naruto, primero quería asegurarse que su cachorro estuviera bien antes de ir a dormir, al parecer el azabache no había entendido que la conexión a la que se refería era a su sharingan, después de arropar a su hijo se dirigió a su habitación, deteniéndose antes de entrar.
— Si Kushina te ve en nuestra habitación, no te irá nada bien. —Le dijo al azabache quién seguía sus pasos.
Obito no dejó de insistir, el pobre rubio ya estaba cansado, cuatro días siendo perseguido por el azabache, casi no había podido dormir, ya que en una ocasión lo había visto de pie recargado en la puerta de la habitación, ni tan siquiera podía tener intimidad con su esposa, ahora estaba en la oficina revisando unos papeles, mientras el azabache permanecía sentado en un sillón, golpeando levemente el piso con su pie, ya exasperado el rubio se abalanzó sobre Obito colocando un kunai sobre su cuello.
— ¿Va a matarme, sensei? —Preguntó Obito levantando una ceja.
— Está en Sunagakure... —Contestó Minato suspirando resignado— Sólo no se te ocurra hacer una locura.
— ¿Quién cree que soy, sensei? —Dijo sonriendo triunfante.
— Obito... —El azabache volteó a ver a Minato.— No obligues a Kakashi a hacer algo que no quiere, el siempre te ha amado, no lo hagas sufrir y dile quién eres.
— Cuando llegue el momento se lo diré.
— Por cierto, tenemos una plática pendiente, necesito saber dónde has...
El azabache desapareció dejando a Minato con las palabras en la boca, lo menos que quería era dar explicaciones y que le dieran un sermón, solo iría por su omega y no volverían a esa aldea, porque Kakashi debía decidirse por él.
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