[Sour Boy] ෂ Five & Tú

CAPÍTULO 1

—Y..¿cuál es tu nombre?

Me pregunta el castaño que parece que se acaba de levantar.

—___.

—lindo nombre— escuché decir a la de pelo rizado—

—Gracias...

—Allison. Me llamo Allison—dijo amablemente—

Asentí con la cabeza cordialmente y me volteé para escuchar el nombre de alguien más.

—Y yo Klaus, el más genial de todos—mencionó el castaño de hace rato con una sonrisa despampanante—

—Un gusto en conocerlos.

—¿Cuál es tu poder,  ____?

Escuché la voz del chico de ojos rasgados con aspecto curioso.

Teníamos ya a la chica de piel oscura y a un asiático, ¿este señor era algo así como un coleccionista quizás?; Cada uno de ellos eran raramente peculiares.

—Muevo cosas, sin tocarlas—agregué— o sea, con la mente, s-si se entiende...creo.

—Ah, mira, que respuesta tan explícita.

Miré al chico moreno que tenía jugando entre sus dedos un cuchillo.

—Al menos es amable, Diego—dijo el que había dicho, se llama Klaus—.

—Amable...—repitió en un tono burlón—.

—Tampoco se ve estúpida jugando al matón con cuchillitos—agregó Allison—.

—La miró ofendido y avanzó hacia ella— Esos cuchillitos podrían clavarse en tu garganta si yo quisiera, número 3, así qu...

No terminó de completar lo que pareció una advertencia.

—Hey! Ya, basta, deja las niñerías para otro momento, Diego.

Lo interrumpió el chico rubio que estaba al lado de otro de pelo negro y piel clara que se ve que ya estaba más que acostumbrado a estos bellos momentos familiares.

Nunca ví a integrantes de una familia amenazarse con cuchillos.

Se nota cual aburrida es nuestra vida.

Pero bueno, cada quien sus cosas.

—Perdón por molestar a la princesita de papi, se ve que nuestro número 1 se molestó—respondió Diego con tono irritante—.

No se en qué momento pero decidí meterme en la discusión.

—Ehh... si, bueno, no es como que todos los días tu hermano te amenace con clavarte un cuchillo en la garganta, digo, casual—dije nerviosa—.

Absolutamente todos se me quedaron viendo.

Y luego silencio.

Callados, todos.

Sólo me quedé en mi lugar deseando que la tierra me tragara.

—Les dije que se comportaran.

—Papá nos lo dijo, más bien.

—¡Ya vieron idiotas!, la asustaron.

—¡¿YO?!

—Ay, por favor, que se puede asustar la niña esta.

¿Niña esta?.

—¿Perdona? ¿Cómo m...

—Shhh!—me dijo uno de ellos—no es contigo, cállate—dijo entre dientes—.