Capitulo 28: Asamblea

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Lo primero que se veía era la simple imagen de Noa acomodando dos banditas en su frente, luego peino un poco su flequillo para disimular un poco el corte, luego de aquello tras preparar el desayuno de Azumi y Akina se los sirvió y tomó camino a la puerta.

-Oye no olvides qué no podré recoger a Akina, así que tendrás que hacerlo tú- recordó a la pelicastaña que esta volteó a verlo con las mejillas llenas de comida.

-Shi, shi, lo que digas...- tras ver qué su hermano pasó hacía el pasillo está tragó lo qué estaba masticando y aún con los palillos en la mano corrió hacía Noa.

-¡Hey! ¡¿No vas a desayunar?!-

-Compraré algo en la escuela, tengo mucho que hacer hoy, así que... No tengo tiempo para desayunar-

Ella observó por unos instantes como el se colocaba los zapatos en silencio.

-¿Pasó algo? ¿Entre tú y mamá?-

Noa solamente se veía con el cabello sobre el rostro, se quedó estático por un instante.

"Anoche escuché a Mamá llorando y Onii-san gritando..." Pensó la muchacha.

-Si la ves en algún momento... Dile por favor que me disculpe, que... En verdad lo siento- expresó finalmente colocándose su mochila en el hombro izquierdo y sé dirigió a la puerta.

Abriendo la puerta había algo diferente, el cielo nunca había estado tan azul, el césped nunca había sido tan verde, ante este paisaje el muchacho sonrió con arrogancia, mágicamente el paisaje se bajó a un tono más apagado, el césped se seco y el cielo se nubló, las flores se marchitaron y la gente que caminaban por el vecindario se mostraban depresivos, los niños llorando y los perros gruñendo del hambre.

"Mucho mejor" sé dijo a sí mismo comenzando a caminar felizmente.

Tras caminar por un rato el observó la calle, hasta que apareció el bus soltando un intenso humo negro de su caño de escape.

(Era un autobús eléctrico)

Tras subir al bus y pagar su pasaje, observó en busca de un asiento, las estudiantes lo miraron enamoradas y una de ellas le indicó dónde había un asiento libre.

Al sentarse en medio de todas, repentinamente, todas tenían corazones en las pupilas y babeaban con lujuria.

Mientras que el conservaba se conservaba inexpresivo.

Ya casi llegando a la escuela, una anciana se subió, viendo que su próxima parada era la suya se puso de pie y un hombre alto y con traje tomo su asiento.

-¡Hey! ¡Ese asiento era para la anciana!- exclamó una muchacha.

-Lo siento pero no he podido dormir bien, así que lo tomaré por ahora, tarde o temprano alguien le cederá un asiento-

El bus ya se había detenido para que bajará.

-¡Disculpa dile algo! ¡Tu estabas en ese asiento!-

Ante lo declarado un escalofrío recorrió por la espalda de la chica tras ver la mirada de Noa.

-La anciana tiene piernas... Si sé ejercitara bien y no se limitará a hacer estupideces como tejer o ver televisión en un sofá, tal ves no le haría falta el maldito asiento-

Su contestación dejo helado incluso al hombre en el asiento.

Finalmente el castaño bajo del bus e ingresó a Shuchiin.
Noa camino hasta su taquilla para proceder a colocarse los zapatos de interior.

Un compañero suyo se acercó hasta el para hablarle.

-O-Okada-kun-

-¿Que quieres?- dijo sin siquiera voltear a ver a quién lo nombró.

"CUANDO MENOS TE LO ESPERAS" (Kaguya-sama: Love is war) (En Revisión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora