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                                   — Somehow —

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                                — Somehow —

Jaden Walton
Atlanta, Georgia

Tener a McKenzie conmigo de nuevo era un alivio, ella fue mi mejor amiga desde que tengo memoria, pero luego dejamos de tener contacto cuando empecé a salir con Ava, quien ahora es mi ex-novia.

— ¿Aún faltan 3 horas? - preguntó ella.

— Si, ¿quieres algo de comer?

— No, gracias igualmente.

Cuando llegamos a las montañas Kenzie me ayudó a poner la casa de acampar y hizo chocolate caliente, era mi favorito, y ella había traído todo para hacerlo.

— Aquí tienes - me extendió una taza.

— Gracias - la miré mientras frotaba sus brazos con sus manos lentamente -, hay cobijas en el auto, las traeré por ti.

Sonrió — Gracias Jaden.

Fui al auto por la cobija y cuando volví McKenzie estaba hablando con alguien.

— Oh, hola Jaden – miró al Chico —, el es Wyatt.

El me miró — Hola, un placer.

Sonreí — Hola, el placer es mutuo.

Hablamos un poco más pero mientras más palabras salían más oscurecía así que decidimos irnos a dormir.
Cuando estábamos acostados, Kenzie habló.

— Oye Jaden.

Me volteé — ¿Si?

— ¿Crees que es muy rápido?

¿A qué se refiere?

— ¿Que quieres decir con eso?

— Te mandé la primera carta y no tardaste en responder, de repente estamos en Houston como si nada hubiese pasado antes, eso no está bien.

Ella tenía razón.

— Bueno es que – mis palabras no salían, ¿como se supone que respondería a eso?

Con la verdad Jaden, con la verdad.

— Cuando mandaste la primera carta ya yo había pensado en contactarte otra vez. McKenzie, eras mi mejor amiga y todo se acabó tan rápido – hice una pequeña pausa para mirarla —. Todo fue más fácil cuando tu tomaste la iniciativa, y supongo que no pensé y me reduje a como en los viejos tiempos.

Volví a hablar — Lamento si te incomodé, podemos volver cuando lo desees.

Ella renegó rápido — No, no es eso, solo que esa pequeña duda no me dejaba dormir.
Descansa ¿si?

— Tu igual.

Y luego, solo dormimos.

A la mañana siguiente, me desperté y un olor a tocino invadió mi espacio vital.

Kenzie entró — Oh, hola Jaden, ¿te desperté?

— No – negué y me levanté. Pude ver dos platos con tocino y huevo revuelto —. Cielos, ¿tu hiciste eso?

— Si, no fue tan difícil, Wyatt me contó ayer que había una cocina libre aquí en las montañas, y es completamente gratis usarla.

Ya después, comimos y nos arreglamos para pasear un rato por las pequeñas ferias de aquí de las montañas.

Letters To Jaden - Jaden WaltonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora