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— "Would you mind if I read with you?" —
McKenzie Smith — Atlanta, Georgia
Desde hace días estaba distraída, mi mente me abandonaba incluso cuando más lo necesitaba. Jaden y Madelyn me visitaban bastante seguido, aunque ellos notaban mi rara actitud, era imposible descifrar que tenía, para ellos, y finalmente para mi.
La puerta de mi habitación fue abierta Martin — ¿Te quedaras allí toda la tarde? ¿Sola?
Negué — Jaden está en camino.
— Está bien — se quedó parado en el marco de la puerta.
— Martin.
— Kenzie.
— Entra, cierra la puerta con seguro y siéntate en la cama lentamente — le indiqué haciéndome a un lado para darle espacio y finalmente se sentó. Suspiré —. ¿Que quieres?
— Tengo una cita — asentí dándole a entender que podía seguir hablando —, el tema es que le gusta mucho leer, es igual que tu y necesito un libro.
— ¿Para aparentar que lees? — asintió —, no, primero muerta.
— Por favor, lo cuidaré con mi vida.
Lo pensé y asentí, se lo di no sin antes darle una hoja doblada delicadamente con las instrucciones de cómo manejarlos y en qué tipo de lugares dejarlos, le di uno solo, pero cualquier libro mío es hijo mío.
— Gracias, de verdad gracias, iremos a una pastelería, te prometo traer un trozo de pastel de lavandas para ti.
— Está bien, estamos a mano.
Se fue y me di una ducha, me arregle muy natural porque solo estaría aquí en casa y baje para sentarme en el sofá a esperar a Jaden.
El timbre sonó y le di pausa a Gilmore girls — Hola Jaden.
Nos dimos un abrazo y lo invité a pasar, desde el viaje Jaden es cómo mi mejor amigo, cómo en los tiempos de antes, nada es incómodo frente a el, ninguna conversación, ni tema, nada en lo absoluto.
Paso y fue al refrigerador — ¿Tienes ese jugó morado que tanto me gusta?
Reí ante su referencia — Si, es jugo de lavanda, está al lado de los huevos.
El asintió y lo buscó.
Creo que estoy obsesionada con el sabor a lavanda.
— Bien, ¿que te parece si vemos una película de terror?
— Sería genial pero tengo un nuevo libro y me gustaría leerlo, ¿que tal si vamos a mi habitación y leo un pequeño capítulo mientras tú husmeas mis cajones?
El asintió rápidamente y fue corriendo hacia arriba, que chismoso.
Me senté sobre un pequeño sofá que tengo en mi cuarto y tomé el libro, lo empecé a leer y no pude evitar dibujar una sonrisa en mi rostro, el libro era una historia muy parecida a la de Jaden y mía, cuando éramos mejores amigos, dejamos de hablar y luego el está aquí, en mi habitación, viendo que tengo en mi escritorio.
Estaba muy sumida en mis pensamientos pero la voz de Jaden me hizo volver a la realidad.
— ¿Te importa si leo contigo? — lo miré confundida, el detesta leer —, no me juzgues, incluso el libro debe ser más interesante que lo que tienes en tu habitación.
Fui hacia la primera página del libro otra vez pero el no le prestaba atención al libro, su atención estaba en una parte específica de la habitación y no tardó en ir hacia ella.
— ¿Todavía conservas esto? — me miró mientras sostenía un brazalete.
Jaden me había regalado ese brazalete cuando teníamos 13, era muy lindo, y aunque no me lo ponía, lo guardé como una muestra de afecto.
— Bueno — me levante haciendo el libro a un lado —, es lindo recordar esos tiempos.
El me abrazó, fue extraño, pero muy lindo, lo correspondí y la tarde siguió como cualquier otra.
