𝐌𝐑𝐒. 𝐇𝐎𝐋𝐋𝐀𝐍𝐃; tom holland

𝟏. new stage?

"If you have children someday
When they point to the pictures
Please tell them my name."

—Long Live, Taylor Swift.

PRESENTE!

MIS MANOS ESTÁN TEMBLANDO mientras sujetan la prueba de embarazo nerviosamente, quiero llorar ahora mismo de impotencia, todavía no sale ninguna raya así que la dejo sobre el lavamanos con un rápido movimiento.

La casa está en silencio, agradezco mentalmente que mi esposo haya salido, sino, ahora mismo no sabría cómo reaccionar.

Inhalo profundo, exhalo intentando relajarme, mi teléfono marca la hora, aún quedan exactamente dos minutos para saber el resultado.

La pregunta que rondaba por mi mente era más que clara, ¿que iba a hacer si era positiva?

No lo sé, ni llegaría a saberlo próximamente, simplemente mi mente estaba bloqueada ahora, no sabía que esperar de todo esto.

¿Que tal si Tom no quería ser padre ahora? ¿Que sería de mí si fuera así? ¿Realmente yo estaba lista para convertirme en madre? Y si lo estuviera...los embarazos no son fáciles.

Con manos temblorosas al máximo, me acerco con cautela a la prueba sobre el lavamanos cuando la alarma de mi teléfono resuena en el baño, suspiro y con temor, la tomo entre mis manos sin ver el resultado.

Me tapo los ojos con una mano, y cuando llorosos divisan las dos rayas parpadeantes de color rojo chillón mi mundo parece dar vueltas. Mi corazón late sin control y llego a creer que no veo con claridad, tengo que apoyarme en la puerta para no desmayarme.

Dejo la pequeña prueba de mi descuido sobre la tapa del inodoro y me dejo caer sobre mis rodillas sintiendo como las frías baldosas de nuestro baño chocan con mi piel desnuda, pongo mis manos en mi cabeza y la apoyo en la pared. Todo esta en silencio, lo que me hace escuchar mis pensamientos a máximo volumen.

Siempre había querido ser madre, lo tuve muy presente cuando me casé con Tom, solo que no esperaba que el momento llegara tan pronto. Sentí como la bilis me subía por la garganta y me apoyé en el inodoro para expulsar mi desayuno de hoy, no supe muy bien si era por los síntomas del embarazo o por mis nervios a flor de piel.

Mi teléfono comenzó a vibrar sobre el mueble con mis productos para la cara justo después de que cepillé mis dientes por tercera vez, lo tomé y contesté en un instante.

Cuando la voz alegre de cada mañana de mi esposo me sorprendió tras la línea, me limité a sonreír aunque él no pudiera verme.

—¿Ya estás mejor? —es lo primero que pregunta, el sonido de las calles de Londres se escuchaba detrás.

Fruncí los labios, no muy convencida de que decir—. Sí, no te preocupes, tomaré alguna pastilla. —mentí.

Esta mañana me había levantado con dolores de cabeza y náuseas, se lo había comentado en el desayuno antes de que saliera al supermercado por algunas cosas. Supongo que no se me pasó por la cabeza un embarazo hasta que pasé por la farmacia de la esquina a comprar un Ibuprofeno y vi millones de pruebas, no me resistí a comprar una.