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Raven se puso el vestido azul que le había regalado su hermano. En parte porque se lo había regalado su hermano y en parte porque su esposa le había dicho que el azul le iba bien. La fría mañana de invierno le hizo mandar a buscar su chal a la habitación de al lado. No esperó mucho sentada en su buró, la mucama llegó con su chal y con la mejor noticia que había tenido en semanas. Su hermano había salido de la cueva y la estaba visitando. Ahora estaba en su sala de té, esperando a que ella llegara.

Casi arrebató el pedazo de tela de las manos de la joven y levantando su vestido un poco para que no molestara casi corrió a su salita. Su hermano estaba de vuelta, por fin. Charles había vuelto, tal y como su esposo lo había prometido. Llegó lo más rápido que pudo y antes de entrar arreglo su cabello, colocó el chal sobre sus hombros y dijo en voz baja: —Avísale a mi esposo que mi hermano está de vuelta. —La joven que la seguía asintió y se fue por el largo pasillo.

Tomó aire una vez y colocó la mano sobre la manija. Tomó aire una segunda vez y entró. Estaba nerviosa. Algo le decía que debía estarlo. Y allí estaba su hermano, parado mirando uno de los cuadros que ella había pintado. Era un lindo cuadro: su hermano y esposo juntos en el césped; Charles leyendo poesía y Erik acostado sobre sus piernas durmiendo. Tomó aire una tercera vez y llamó a su hermano. Aún tenían demasiado por hablar.

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Charles no sabía que esperar. Dos semanas le habían permitido reflexionar profundamente su decisión. Y ahora, en la habitación con el silencio amortiguado por la chimenea, estaba más claro que el agua que debía irse lo más rápido posible. Y Charles sabía que su hermana sospechaba algo, quizá era porque crecieron muy unidos, pero cuando más lo necesitaba Raven siempre sabía lo que necesitaba. Charles bajó la taza de té y miró a su hermana que estaba sentada junto a Erik en el sillón frente a él. La sala de té era espaciosa, con suficientes sillones para que el hombre se sentara en otro lugar, pero no lo hizo y eso dejó en claro la posición de Raven en el corazón de Erik. —Erik, ¿podrías darnos unos momentos a solas con mi hermana? —El hombre se tensó, charles sabía por qué. Nunca hubo secretos entre los tres. Raven estaba igual de asustada por la misma razón.

—Si tienes algo que decir dilo de frente Charles. —Erik también bajó la taza de té y lo miró fijo. Sus ojos azules le sostuvieron la mirada y sintió que no podían transmitir todo aquello que se había guardado las últimas dos semanas. Tantos días en los que no había visto la sombra de esos ojos grises casi lo vuelven loco, pero debía mantenerse fuerte. Erik termino de hablar cruzando los brazos sobre su pecho. —Somos familia, al fin y al cabo.

—Puede ser, —susurró admirado quizá por última vez las facciones de Erik, —pero este es un asunto que recae exclusivamente en los Xavier, lo siento Erik. Preguntaré una vez más amablemente, ¿podrías retirarte por favor?

Erik rebufó, pero ante la mirada acusadora de Raven salió de la habitación, sabiendo aquello que quería hablar Charles con su hermana. No fue muy lejos, es más no se había movido del pasillo. Se quedó parado en frente de la puerta, como soldado en la puerta del hogar de la reina; esperando a que ambos hermanos terminaran de hablar.

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Dentro de la habitación Raven no había esperado a que la puerta se cerrase para cambiar de lugar y quedar sentada junto a su hermano. —Dime Charles, dime por qué no has venido a visitarnos en estas últimas dos semanas. —Su hermano tomó sus manos y las acarició. Los recuerdos de cuando niños y ella tenía una pesadilla vinieron a su mente. Esperaba que todo siguiera así, como cuando niños. El silencio puso aún más nervioso a Raven. —Charles me estas asustando, ¿qué sucedió?

—Me iré, —susurró luego de un tiempo. Raven lo miró asombrada. Charles soltó una sonrisa y la miró fijo a los ojos que había heredado de su padre. —Me ofrecieron trabajo en la Nueva Tierra. Stark, mi amigo de la universidad, ¿lo recuerdas? —Raven asintió rápidamente aún recordaba al hombre bajito como su hermano yendo y viniendo en un auto rojo de bar en bar. —Tiene un laboratorio allí. Quiere que lo ayude con todo. Solo venía a pasar tiempo contigo antes de mi partida.

Love was never an option || CherikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora