I: Inspector

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Lunes por la mañana, día ocupado para el oficial Bang Chan de la estación central, un oficial Alfa Puro, el mas fuerte y hábil de todos, no por algo es el más reconocido en el lugar, por el que casi siempre están preguntando.

Se prepara para su largo día con una pequeño trote en el parque cerca de su casa, nunca ha sido lo suficientemente grande para satisfacer sus ganas de correr, por lo que sigue su camino unas cuadras mas allá, en cuanto se cansa de ver los mismos ocho tristes arboles en su vuelta número veinte. Acostumbra a terminar su rutina comprando un energizante en la tienda, de esas típicas en donde los jóvenes universitarios van por un almuerzo para nada saludable de un ramen instantáneo, el nunca fue de esos.

Camina perezoso por los pasillos buscando su objetivo, las grandes neveras que albergan su producto, Abre la puerta de cristal cuando identifica la lata con etiqueta azul, sorpresivamente color engañoso, una persona extranjera que no pueda leer el hangul que indica el sabor, podría pensar que es de Blueberry, pero el lleva viviendo en ese país lo suficiente como para leer de inmediato que es de manzana, su favorito.

Con la lata en la mano, se percató de ese plano y aburrido anillo plateado, ese que le recuerda lo atado que esta a una persona que no ama, y sabe que el tampoco lo ama de vuelta, solo son las apariencias que los llevan a seguir estando juntos, eso y las constante amenazas de sus padres si llegan a separarse, nunca les quedo del todo claro el porque la desesperación por unirlos a los 18 años, sin importar la amistad de infancia que fue arruinada.

Pero el hecho de que no hay amor, no significa que tampoco hay aprecio. Antes de la gran tragedia, como les gusta llamar su matrimonio, fueron grandes amigos, simplemente no se aman como esperan todos, como se supone que se casan dos personas. El odio hacia esos anillos no les impide llevarse bien, un gran logro que después de nueve años aguantándose todos los días, y todas las noches.

Su consciencia, pensando en el omega que lo espera en casa, lo hace desviar su camino de la caja hacia el pasillo de los dulces, el favorito de los niños, solo que aun esta muy temprano para que haya uno haciéndole lloriqueos a su madre para que compre de esos paquetes con los personajes de caricatura de la televisión. Chan, pasa de largo hasta el final, están los bombones y los chocolates, los favoritos de su esposo.

Con su pequeña lista completa, por fin puede poner la lata y la pequeña caja en la registradora, donde de una vez son registradas por el cajero, diciendo el total al Alfa, quien busca rápidamente en su billetera el monto adecuado y lo entrega, con las dos cosas en una bolsa, sale caminando de regreso a su casa.

Solo abriendo la puerta principal, su olfato es invadido por las especias, Byeon ya esta en la cocina preparando el desayuno. Parece que hoy decidió hacer panqueques y tocino. «Algo muy americano» pensó con una ligera sonrisa, algo extrañado por el menú.

Paso de la cocina directo a las escaleras, esta muy sudoroso para sentarse a comer tranquilo y sabe que Byeon le va a reprochar el estar sucio en la cocina, es como su lugar sagrado, todo tiene que estar como le gusta o se estresa demasiado.

Después de la ducha, se pone el uniforme usual, al ser de un rango mas alto que los demás es ligeramente diferente, con franjas extras en sus brazos denotando el alto rango, no es un cadete cualquiera. Abre la caja fuerte donde guarda sus armas, toma las que necesita, poniéndolas en la funda a los costados de su pantalón, termina con su gorra y ya esta listo. Byeon lo llama y baja a desayunar.

—Parece que falta algo —Chan comenta con naturalidad a medida que se sienta en el comedor frente al plato humeante.

—No trajiste huevos anoche, tuve que inventar —para el mayor de los dos, no le resultaba gracioso el comentario, le daba molestia que su esposo no tuviera cuidado con las tareas del hogar, siempre le tocaba a el hacer todo.

ON TRACK | omegaverse HyunChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora