Te Creo, Siempre Lo Hago...

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Parte 4/5:

-Despierta mi Goji... Ya es hora de levantarse.

Dije bajamente. Mi Goji aún seguía dormido, y después habla de mí que yo soy el más dormilón. Me acerqué más a él y acaricié su rostro viéndolo con amor.

-Mi Goji, a levantarse. Tenemos que ir a traer frutas a las montañas.

Le dije bajo. Tampoco quería que se levantara enojado, ayer bastó, no pudo ni disfrutar por mi culpa. Pero esta vez sí me dejaré y aguantaré más para que Goji no se enoje y disfrute. En fin, no es momento para hablar de eso. Iba a volver a hablarle, pero me quedé viéndolo embobado mientras acariciaba lentamente su rostro. Se ve tan tierno y lindo cuando duerme, hasta parece que no es enojón por como se ve, ja, ja. Me acerqué un poquito más, acomodando mi barbilla en su pecho. De verdad no puedo describir y decir bien cuánto lo amo, es que... ¡Lo he amado desde niño! Este amor que siento por él es inmenso, jamás se irá, ¡jamás! Seguí acariciando su rostro, me detuve al ver que abría sus ojos lentamente, volteando hacia mí. Yo le sonreí tocando con mi pulgar su nariz, al yo hacer eso, rápidamente me tomó de la cintura y me subió a su regazo. Yo sonreí ante eso. Quedé sentado en su estómago mientras lo miraba con mis mejillas calientes, podía sentírlas.

-Buenos días, mi pequeño.

Me dijo acariciando mis piernas lentamente. Yo di una pequeña risita ante lo que dijo. Este frunció el ceño mientras tenía un sonrisa en su boca.

-¿Puedo saber el por qué de esa risita tan sospechosa y tierna a la vez?

Me dijo mientras miraba de arriba a abajo mi cuerpo. Bajé y le di un rápido besito en su nariz, este al ver eso me sonrió con amor.

-Perdóname mi Goji, es que ya no es de mañana, más bien ya es un poco tarde. Creo que faltan pocas horas para que anochezca.

Le dije mientras volteaba a ver unos segundos afuera. Volví mi vista a él mientras le sonreía. Este no me dijo nada de lo que le dije, solo me sonrió y puso sus manos en mi cintura, para sentir como me bajaba a él y unía sus labios con los míos. Yo lentamente fui quitando la pequeña sonrisa que tenía en mi boca y empecé a seguir sus labios que ya los sentía ir muy rápidos en los míos. Di un leve gemido al sentir cómo acariciaba mi trasero. Gemí un poco más al escuchar los fuertes chasquidos que hacíamos al ir ya muy desenfrenados. Íbamos bien, muy bien, pero empecé a sentir dolor cuando comenzó a morderme demasiado fuerte mi labio inferior, yo claramente no aguanté y comencé a lagrimear. No lo pude evitar, me estaba mordiendo muy fuerte que creo que ya me sacó sangre. Yo empecé a tocar sus hombros, queriéndole decir que no sea tan cruel, que no aguantaba más el inmenso dolor. Es obvio que no hizo caso, yo no tuve de otra y me separé con un fuerte chasquido, rápidamente subí mi mano a mi labio, para acariciarlo porque me dolía mucho. Al dejar de acariciarlo para calmar el dolor vi que me había sacado sangre, otra vez.

-Como se nota que no te has acostumbrado a que te bese así chiquito.

Me dijo. Subió su mano y limpió mis lágrimas. Yo hice un puchero y volteé hacia otro lado. ¿Será que algún día me acostumbre a eso? Yo siento que no, es algo que duele mucho y no se puede. A no ser que seas masoquista...

-¿Me puedo levantar?

Dije volteándolo a ver con tristeza. Este frunció el ceño al yo decir eso, me puse nervioso, no creí que se fuera a poner así al decir eso.

-¿Qué? No, claro que no.

Me dijo viéndome con esa mirada que me daba mucho miedo. Tragué saliva y asentí.

-Que te quede claro que yo soy el que decide.

Yo no entendí a lo que se refería, pero rápidamente asentí mientras rascaba mi brazo rápidamente. Me puse muy nervioso porque sé que a pesar de no haberle entendido, presiento que dijo algo como: Él es el que paraba cuando quisiera y no yo. Y si yo lo hacía, me iba a ir mal. Creo...

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