FINAL.

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Un guardia se escabulló entre los arbustos cuando percibió un hedor detrás, se puso de cuclillas para ver el cuerpo de un hombre con las descripciones que la Reina había dado, el cuerpo tenía zarpazos y mordidas en la zona de la costilla, le faltaba una pierna y parte del lado izquierdo del rostro.

Se contuvo las ganas de vomitar y fue por Namjoon.

—Señor— saludó—. He encontrado algo.

Namjoon asintió y le dijo que lo guiara, fueron detrás del arbusto y el moreno alzó una ceja, se acercó para inspeccionarlo también y se relamió los labios para ver alrededor.

—¿Rastros del hijo de la Reina?.

—No hay nada más, creo que el tipo fue atacado por algún oso o puma. Puede que el niño haya huido si tuvo suerte.— dijo el guardia nervioso de tan sólo pensar que Seungmin pudo haber sido devorado por el depredador

—Sabemos que el guardia murió, el niño puede estar entre el bosque, con suerte lo encontraremos vivo. ¿Hay alguna señal de vivienda cerca?.

—Creo qué hay unas cuantas cabañas a unos 1000 metros.

—Busquemos ahí, puede ser que el niño huyó y alguien lo haya encontrado y lo haya acogido.

—Si señor.

—No hay tiempo que perder. Andando— ordenó y apenas taparon el cuerpo desmembrado para no dejarlo a la deriva en el bosque.— EunWoo, tú irás al palacio, o si es mejor ubica a la Reina, dile que Damian está muerto y que su hijo pudo haber huido.

—A la orden.— el guardia se montó a su caballo y fue en dirección contraria

Los demás siguieron introduciéndose en el bosque buscando el cuerpo de Seungmin sin vida, o mejor aún, buscándolo a él vivo y a salvo en algún lugar.

La noticia llegó a la estación de policía y MinHee casi se desmaya ahí mismo al oír al guardia hablar sobre un hombre muerto con mordiscos en el rostro, sin una pierna y cubierto de sangre.

Ese día rezó y rezó para pedirle a Dios que Seungmin no haya vivido el mismo destino. Que estuviera bien y a salvo, libre de cualquier daño o mal.

Jackson le recomendó no decirle nada al Rey, quien preguntaba todos los días por noticias, MinHee siempre le decía lo que escuchaba, pero esta vez no podía, no sabía como, no quería inducirle miedo a Jungkook. Si lo hacía, el Rey solo se volvería loco y saldría de la cama aunque le costara la vida, por esa razón, era mejor no decir nada.

Pero un día, eso se quebrantó cuando MinHee estaba más nerviosa de lo normal, habían pasado cuatro días desde aquella noticia y aún no se sabía nada de Seungmin, inclusive había soñado con el cuerpo inerte del pequeño en el bosque, lo que la hizo despertarse sudorosa y con las mejillas empapadas de lágrimas.

El sueño aún persistía y tenía miedo, estaba paranoica, pero aún así tuvo que ocuparse de las vendas del Rey para que sanara sus heridas.

Sus manos temblaban mientras limpiaba una banda con agua tibia, sudaba frío y Jungkook le preguntó si estaba todo bien, ella respondió que si, librándose del martirio, pero no por mucho.

El cuenco de cerámica cayó al suelo cuando le preguntó que sabía sobre la policía.

—¿MinHee?.— preguntó Jungkook alzando una ceja

—L-lo lamento mi Señor, se me resbaló de las manos, ya mismo limpio...

—No— negó el Rey y MinHee se detuvo a metros de la puerta—. Lo recogerás luego, ahora dime, ¿que es lo que sabes?.

bonhomía - 국민  KOOKMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora