Prólogo.

795 51 30
                                    

El bosque estaba sumergido en una oscuridad plena, apenas la luna alumbraba un poco los árboles altos junto con aquella vegetación creciendo de la tierra. Un búho asomaba de un árbol alto, mostrando sus grandes ojos amarillos, observándolo todo, el sonido de los grillos se escuchaba por todo el bosque, junto con el ruido del chorreo de aquel riachuelo de agua clara y limpia.

En medio de todo eso, en esa casona, había una lámpara de queroseno que apuntaba a cada rincón dándole un poco de luz. En aquella cama hecha de mantas calientitas había dos personas de rodillas abrazándose mientras los chasquidos de sus bocas resonaban con cuidado.

Llevaban besándose alrededor de 10 minutos, incapaces de separarse, se necesitaban el uno al otro, eran su adiccion misma y Jimin tuvo que detener a su amado con un jadeo bajito.

—S-Seungmin— susurró—. Seungmin puede despertar.

—Entonces vamos más lejos.— murmuró el castaño sobre su cuello y Jimin cerró los ojos envuelto en aquella placentera sensación de tener sus labios sobre la piel nívea de su manzana de Adán

—No— negó aunque realmente quería—. Si despierta se asustará. Mejor dejémoslo para otro día.

—¿Cuando será el día?— resopló el chico alejándose poco a poco—. ¿Cuando será el día que pueda probarte, Jimin?.

—Pronto Taehyung— susurró dándole un último beso—. Pronto.

—Lo esperaré con ansias.

—Mañana es el cumpleaños de Seungmin— dijo Jimin con la alegría recorrerle cada parte de su cuerpo—. Cumple cinco años.

—Le traeré un regalo precioso a tu hijo— prometió Taehyung sonriéndole, acariciando sus mejillas—. Ya tengo que irme.

—Ve con mucho cuidado por favor, estaremos esperándote mañana.— le dijo ansioso y Taehyung asintió antes de robarle otro largo beso

Salió de la casona y se fue a paso rápido, Jimin lo vió desaparecer y se acercó a la lámpara de queroseno para apagarla. Se acostó en las mantas y atrapó el pequeño cuerpo de su hijo entre sus brazos para darle un beso en la cabeza y cerrar los ojos disfrutando del aroma a bebé.

A la mañana siguiente, Seungmin despertó más temprano de lo normal, estaba emocionado porque era su cumpleaños, levantó a su padre diciéndole que quería bañarse en el riachuelo y Jimin lo complació. Fueron hasta ahí, despojó a su pequeño de su pijama y lo dejó meterse solo ya que no era profundo, después lo tomó en brazos para lavarlo bien con jabón, limpiando su cabeza, sus brazos, y piernas.

Seungmin jugó un poco en el agua mientras Jimin era el que se duchaba ahora, pocos minutos después salieron y se secaron con el sol, se vistieron y fueron a la casona donde Jimin puso leña para cocinar algo de desayunar.

No sabía que hora era con exactitud, pero aprendió a diferenciarlo solo con mirar al cielo, por la posición del sol diría que eran las 12 del día y aún no se aparecía Taehyung por ahí.

—Tengo cinco añitos ahora.— escuchó decir a su hijo mientras sacaba cinco deditos de su mano

Jimin sonrió asintiendo y le sirvió un plato de sopa caliente. Seungmin comió contento con su padre haciéndole el avioncito para hacerlo reír y después llegó la hora de la comida, y Taehyung aún no llegaba.

—¿Y Tete?.— preguntó Seungmin y Jimin suspiró disimuladamente, sabía que en algún momento preguntaría por él

—No tardará en llegar cariño— le dijo y sacó de la leña alguna especie de carne en una vara—. S-solo he podido conseguirte esto para comer hoy, cielo.

bonhomía - 국민  KOOKMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora