Symphony of a Yearning Soul ━━━━ mdzs

capítulo siete. el precio de la libertad.

𝐋𝐚 𝐬𝐢𝐧𝐟𝐨𝐧𝐢́𝐚 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐚𝐥𝐦𝐚 𝐚𝐧𝐡𝐞𝐥𝐚𝐧𝐭𝐞 ; mdzs
capítulo siete. el precio de la libertad.

    De repente, aquella mirada sucinta y nerviosa del joven pareció agudizarse como una cuchilla. El rostro naturalmente agraciado y juvenil con rasgos limpios se tiñó de una frialdad repentina ante la mención de su madre. Nie Huaisang no pasó por alto aquel cambio y permaneció en silencio, ocultando la mitad inferior de su rostro con ambigüedad. Desde aquella posición, Meng Yao era incapaz de determinar las intenciones del joven, aunque no se atrevió a ser descortés, el flujo de la conversación avivó el fuego del malestar en su interior. 

   Con una expresión severa, Meng Yao musitó: "Joven maestro, ¿a qué se refiere?"

    Nie Huaisang pareció confundido e inclinó la cabeza: "¿No es su madre una doncella de este establecimiento?"

    Inesperadamente, el joven maestro Nie tenía conocimiento de la situación de su madre y la suya. Aquello causó una ola de impotencia y cautela en sí mismo por lo que tomando una decisión, finalmente decidió no fingir más cortesía y anunció sus intenciones con severidad. 

    Meng Yao le dirigió una mirada helada, "Le pido que no genere disturbios en el establecimiento y se retire en silencio."

    El joven maestro elevó las cejas con sorpresa y cerró el abanico de papel con una floritura de su muñeca mientras el cultivador a su lado de repente cobró vida y sus dedos delgados se alojaron con desdén en el codo del jovencito dirigiéndole una mirada escalofriante como si estuviera listo para asestar un golpe mortal ante la menor provocación. Meng Yao se encogió levemente ante esto, sintiendo un sudor frío formarse en su frente, sin embargo, no vaciló en su intención. 

    "Joven Meng, no se precipite, mi intención es naturalmente, regresar la amabilidad de su trato." Nie Huaisang golpeó su palma con la cubierta exterior de madera de su abanico, sonriendo con nobleza, lejos de una apariencia frívola. "Como dije, mientras estuviera en mi poder, no retiraría mi ofrecimiento, por ello mi interés reside en ofrecer aquello que más anhela, ¿me he equivocado?"

    El peso en el corazón de Meng Yao se disipó levemente, aunque el malestar persistió. No podía permitirse confiar ciegamente en este joven ni en ninguna otra persona por lo que con una sonrisa cortes evitó contestar directamente. 

    De hecho, Meng Yao tenía que admitir que aquel joven maestro tenía una apariencia recta y brillante del mismo modo en que su actitud era rebosante y amable, lejos de la frivolidad de los hombres en una posición similar a la suya. Sin embargo, desde niño, teniendo en cuenta el entorno en el que creció, desconfiaba activamente de cualquier persona, cultivador o no, distinguido o humilde medían lo mismo a sus ojos. No podía permitirse ceder fácilmente ante una amabilidad pasajera. 

    Meng Yao creció naturalmente cauteloso. 

    Inquirió cuidadosamente, "¿Puedo preguntar cómo el joven maestro posee conocimiento sobre mi madre? Usted y yo somos extraños el uno del otro, de modo que mi existencia no debería ser comidilla de un caballero como usted."

    Nie Huaisang escuchó pacientemente sus palabras, sus ojos, como dos albaricoques maduros, lo observaron con cuidado, atento a cada uno de sus cuestionamientos. No había una segunda intención aparente en su mirada transparente e interesada, sus facciones limpias y claras similares a un estanque primaveral permaneció impasible. El cultivador a su lado no se inmutó y evito inmiscuirse directamente sin la orden de su amo.