𝐋𝐚 𝐬𝐢𝐧𝐟𝐨𝐧𝐢́𝐚 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐚𝐥𝐦𝐚 𝐚𝐧𝐡𝐞𝐥𝐚𝐧𝐭𝐞 ; mdzs
capítulo cinco. cuidad de yunping.
Siendo el noveno día del tercer mes el final de la fase solar del despertar de los insectos, el follaje verde brillante relucía bajo los rayos claros del sol, las copas de los arboles se balanceaban ligeramente y la brisa cálida del verano enrojecía las mejillas de los transeúntes bulliciosos que inundaban las estrechas calles de color con sus túnicas simples de varias tonalidades. Aunque pequeña, la ciudad de Yunping brillaba en su esplendor floreciente, prospero gracias a las alas de la secta Yunmeng Jiang, que aunque lejana, aún ejercía su poder dentro del área.
El palacio de las cien flores era un establecimiento público, rebosante de belleza sin igual, muñecas de jade lechoso y labios bermellón era la atracción principal de la ciudad de Yunping. Los nombres de las cortesanas que habitaban dentro del palacio con pilares y columnas carmesí recorrían de arriba abajo toda la región.
Fuera, en la parte exterior del palacio, un joven barría silenciosamente las escaleras de piedra que conducían al interior del establecimiento lujurioso. Su apariencia no es promedio, aunque es joven, rebosa de una piel clara y ventajosa. Posee una expresión neutral y un cuerpo menudo, sin embargo, se logra vislumbrar una sombra de astucia en las comisuras de su boca, un aura sombría sin igual lo rodea con intensidad.
Los largos dígitos de uñas romas y almohadillas rosadas se apretaban con inusual fuerza alrededor del mango de madera de la escoba, retorciendo esta en silencio mientras tras sus orejas, el sonido vulgar de un cuchicheo latiga una y otra vez su espalda. Las risas estridentes y las palabras vulgares no parecían faltar nunca en aquel establecimiento, especialmente aquellas dirigidas a él.
Inesperadamente, un sonido atronador resuena en la distancia, un grito alto y claro como el azote del viento atrajo la atención de los transeúntes que se dirigían al palacio de las cien flores y a los alrededores. Aquellos que anteriormente usaban sus lenguas como lanzas de plata dirigieron sus miradas hacia el exterior cuando una vez más, un grito se alzó en la distancia, la angustia teñía su voz.
"¡Ladrón! ¡Ayuda!"
Un joven golpeó estrepitosamente el suelo mientras jadeaba de sorpresa, su cuerpo delgado y menudo aterrizó sobre las palmas de sus manos. Vestía un juego de túnicas simples olivas con mangas fluidas y un cinturón negro envolviendo su cintura delgada y vigorosa. Sobre su cabeza, un amplio sombrero de bambú cubierto de una muselina ligera que ocultaba exitosamente sus facciones. Varios pares de ojos se fijaron en la apariencia lamentable del joven que permaneció tirado en el suelo, las muñecas pálidas quedaron al descubierto, lucían delgadas y levemente enrojecidas por la caída.
Meng Yao lanzó una mirada helada hacia el presunto ladrón quién corrió desesperadamente a través de la multitud. Vestido con capas ligeras y oscuras, el ladrón barrió con la multitud y no escatimó en esfuerzos para huir desesperadamente. El rostro del joven estaba oculto tras la muselina, pero la apariencia que dejaba ver era extremamente sumisa e intimidada, por lo tanto, aunque Meng Yao no debería involucrarse con los asuntos externos del establecimiento, al final decidió intervenir. Con un chasquido de sus labios, golpeó la parte inferior de la escoba de paja que se sacudió con un ¡pa! estruendoso y esta se balanceó en el viento en dirección hacia el joven, en un segundo, el ladrón fue golpeado de forma repentina por una ráfaga y cayó al suelo viendo estrellas detrás de sus ojos.
Meng Yao se acercó de forma sigilosa al hombre tirado en el suelo con una expresión en blanco, observó ambas manos con cautela y efectivamente en su mano derecha, oculta en un capullo dentro de sus dedos, un token de jade negro con la apariencia de una bestia relucía brillante.
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Symphony of a Yearning Soul ━━━━ mdzs
Fanfic𝐋𝐚 𝐬𝐢𝐧𝐟𝐨𝐧𝐢́𝐚 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐚𝐥𝐦𝐚 𝐚𝐧𝐡𝐞𝐥𝐚𝐧𝐭𝐞 ; mdzs Hace tres años, después de los acontecimientos del templo de Guanyin, Nie Huaisang ascendió hasta convertirse en su excelencia, el cultivador jefe. Teniendo el mundo del culti...