TaeHyun y BeomGyu mantienen una especie de 𝒂𝒎𝒊𝒔𝒕𝒂𝒅 con derechos, pero todo entre ellos se complica cuando comienzan a tener sentimientos por el otro.
❝𑁋¿Sabes? No es tan difícil admitir que estás enamorado de mí y por eso no quieres que vaya...
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Los rayos de luz comienzan a molestarle cuando estos empiezan a atravesarse suavemente por la ventana al igual que el alba por las montañas de la ciudad, iniciando así un nuevo día.
Cuando era niño, TaeHyun juntos a sus padres, visitaban seguido unas colinas cerca de su hogar como parte de un recorrido rutinario y sagrado para ellos. TaeHyun es hijo único, por lo que sus padres siempre tratan de darle lo mejor que esté a su alcance. Esto, como consecuencia, a veces resultaba en él siendo un niño bastante mimado o hasta engreído; cosa que ahora se ve reflejada en su personalidad arrogante y pesada que en ocasiones ni siquiera él soporta.
El punto es que, en cada uno de esos recorridos familiares, con un TaeHyun todavía siendo un niño feliz e inocente con la vida, amaba despertar entre la oscuridad para disfrutar su viaje en auto con una manta y chocolate caliente a su lado preparado por su Noona. Su objetivo era que los tres llegaran caminando por la colina para que pudiesen apreciar la mejor vista de un amanecer que su país puede ofrecer, otorgándole siempre una paz impresionante con el leve sentir del frío colándose por sus huesos.
Apreciar ese tipo de amaneceres, aunque joven, ya le parecía una increíble maravilla. No sólo era ver el Sol salir del horizonte, sino tener esa tranquilidad en su mente que disfrutaba porque lo transportaba a diferentes partes de su propio mundo, ayudándole a encontrar el sentido en la autoreflexión que lo llevó a ser el analítico que es hoy.
TaeHyun creía firmemente que sus domingos representaban la mejor manera para despertar y sentirte con enormes ganas de disfrutar el día. Desde los colores brillantes hasta el compás del aire frío con el calor del Sol eran una experiencia asombrosa que lamentablemente dejó de apreciar conforme fue creciendo y esas cosas o rutinas que tenía con sus padres simplemente dejaron de agradarle. O es que ya los tres se habían percatado de cómo el tiempo había pasado y decidieron dejarlo de lado con otras prioridades en sus vidas. Eso no quita la relevancia de esos recuerdos y momentos que influyeron en TaeHyun.
Pero, incluso ahora, siente que igual antes estuvo equivocado.
TaeHyun se restriega entre las sábanas cuando entiende que ya es un nuevo día y el sueño se le comienza a ir poco a poco igual va amaneciendo. Siente todavía la pesadez en sus ojos, eso sí, pero apenas recuerda lo sucedido anoche una sonrisa boba ataca sus labios.
Entre las sábanas, y muy cerca de donde sus latidos evidencian sus emociones, se encuentra con cierta cabellera castaña mientras los labios de su chico suelta pequeños suspiros contra su piel al descubierto, mandando una corriente de escalofríos a todo su ser. Los brazos del contrario se aferran a su cintura, así que él hace lo mismo, dejando pequeñas caricias en la espalda de su chico mientras trata de acurrucarse de nuevo.
¿A caso hay mejor manera con la que comenzar el día que esa? Eso pensaba antes como un chiquillo que conocía el mundo, pero no del todo a sus emociones. Así que, si se lo preguntan en la actualidad, TaeHyun, mientras admira lo hermoso que es su chico, piensa que no, a lo que concluye que muy seguramente ni siquiera exista la posibilidad de poder cambiar la opción de ver mil amaneceres seguramente glamurosos contra amanecer con el calor de la persona que ama.
