TaeHyun y BeomGyu mantienen una especie de 𝒂𝒎𝒊𝒔𝒕𝒂𝒅 con derechos, pero todo entre ellos se complica cuando comienzan a tener sentimientos por el otro.
❝𑁋¿Sabes? No es tan difícil admitir que estás enamorado de mí y por eso no quieres que vaya...
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El sábado llegó más pronto de lo que BeomGyu hubiera antelado. Al ver en su reloj de mano se percata de que ya casi es la hora acordada con YeonJun y está demasiado ansioso esperando en el pórtico de su hogar, aunque no le queda muy claro la causa de su nerviosismo.
Después de haber pasado una eterna hora siendo obstruido de interrogatorios por parte de sus padres y hermanos (que terminaron en varios momentos incómodos que definitivamente no quiere recordar), entendió que puede ser incluso peor la incomodidad si le da la oportunidad a su familia de cruzar palabra con su compañero de clases. No: BeomGyu no quiere pasar por la situación típica de “¿Es tu novio? ¿Están saliendo? ¿Te gusta? ¿Van en serio? ¿Estás seguro de que es el ideal para ti?” cuando es claro que no es el caso. YeonJun sólo es su amigo y no van a salir ellos solos. Y, tal vez, su nerviosismo desmesurado se deba a la aptitud sofocadora de su familia.
Sí, debe ser eso.
En algún punto de la mañana, le pasó por la cabeza que podría ser buena idea ir unos momentos antes a casa de su amiga, la señora Lee, para tener una conversación amena (e, inconscientemente, para pedirle algún tipo de consejo, aunque no sepa para qué) antes de su salida. Nunca ha sido muy sociable, no es una novedad para nadie, y eso le estaba preocupando un poco desde hace algunos días; o, básicamente, desde el día que YeonJun lo invitó. Después recordó que sus penas podrían verse aún más afectadas por cierto ser malévolo de perfectos encantos, orbes que lo transportan a otra galaxia y cabellera tan destacable como sus ganas precisas de burlarse de él cada que tiene oportunidad, así que descartó la idea al instante.
Esta tarde no quiere tener que lidiar con la existencia de Kang TaeHyun; no. No ha llegado a una precisa conclusión, pero ya no es un secreto para sí mismo que lo que sea que tiene con TaeHyun comienza a ser un problema; no sólo para él, sino para su estabilidad y para su manera de organizarse. A veces siente que ya no puede dar un simple paso sin tener que cuidarse de esos ojos gatunos y manos inquietas que puedan colarse por su cuerpo en cualquier momento: ya sea porque sí quiere molestarlo o porque aquel chico de agraciados atributos comienza a ser parte de alucinaciones suyas.
Todavía no lo procesa, pero Kang TaeHyun es mucho peor de lo que quiere aceptar… de muchas maneras posibles, aunque no de las más severas.
—¿BeomGyu?
Sale de sus tóxicos pensamientos cuando ve a aquel chico, un poco más alto que él, acercarse por la acera de su hogar. De repente, y al percatarse de la presencia deslumbrante de YeonJun, el color carmín se apodera de sus mejillas; esto lo deduce por la vergüenza que siente al sólo mantenerle la mirada y el calor que siente en su rostro.
—Oh, hola, YeonJun.
—Ho-hola BeomGyu, te ves... —Recién llega y recibe una mirada un poco confusa, haciéndolo sentir cohibido. Nunca antes había estado tan nervioso con YeonJun, pero el comportamiento de este hacia él lo cambiaba todo, incluso las miradas que ahora BeomGyu le dedica de vez en cuando. Más que nada porque YeonJun resulta ser una persona completamente distinta fuera del campus, y eso le genera una gran intriga mezclada de emoción. Entonces, después de varios segundos de espera, YeonJun niega con la cabeza, llamando la atención con el movimiento de sus cabellos coloridos—. No importa... ¿Nos vamos?
