Narrador omnisciente |
En la ciudad de Tokyo existen todo tipo de casos, desde familias felices y unidas hasta miembros de Yakuza trabajando en su día a día.
En este caso había un detective sentado dentro de un café al lado de una ventana observando a las personas de afuera pasear, mientras bebía su cafeína.
Narra Gojo |
Esta mañana me pareció perfecta para venir a relajarme a mi cafe favorito en todo Tokyo, mientras me entretenía viendo a esas personas empezando su día normalmente.
— ah~... cuando se es detective no puedes darte el lujo de una vida así — suspiré negando con la cabeza pensando en la cantidad de casos que llegué a vivir. Mi teléfono empezó a vibrar sobre mi mesa mostrando en la pantalla un curioso nombre — ja, hablando de eso —
El mensaje me hizo tomar el primer taxi que viera en la calle para llegar lo más rápido a la agencia, ese lugar que muchas veces se convirtió en mi refugio y mi techo, ¡Literalmente! Existieron casos que me robaban días de sueño, y con tal de dejar todo resuelto trabajaba horas seguidas con mis venas llenas de cafeína.
Por fin, después de subir tantas escaleras gracias a que el estúpido elevador se volvió a descomponer entré a la oficina.— por fin llegas
— sé más amigable, me hiciste dejar mi café sin terminar. Más te vale que sea algo bueno, Geto — mi amigo y mano derecha me miró con una sonrisa desde el escritorio
— échale un ojo a esto — me tiró sobre el mueble una carpeta, esto ya me olía a un nuevo caso.
Me acerqué y comencé a leer — hum... muerte de un adinerado CEO empresario. Fue estrangulado, recibió agresión física... no hay culpable... ¡Vaya esto suena interesante! Pero dime que hay con esto?
Su sonrisa de mantenía — verás, tú y todos dirían que fue asscesinado porque buscaban su dinero, seguramente algún CEO de otra empresa rival —
— y ¿no?
— que mente tan simple, me decepcionas Satoru... no fue así porque su dinero quedó intacto, no robaron nada y de momento no hay quien reclame algo por su puesto vacío — se levantó y caminó hasta estar a un lado del escritorio viendo la evidencia en el — nosotros quedamos a cargo del caso
— me suena bien. Buscaremos al culpable de matar a un anciano — mi sarcasmo era obvio
Comenzó a reír — no te pongas así. Puede ser más interesante de lo que piensas — me ánimo dándome un golpe en el brazo
— como digas. ¿Dónde hay que buscar primero?
Su sonrisa se amplió más — aquí viene la parte buena... El anciano asistía muy seguido a una especie de club privado cerca del centro
— oh — la mayoría de las veces cuando un caso implicaba un lugar así, las cosas se ponían interesantes — dame detalles
— está cerca de un café, entre edificios un poco escondido. "La casa de muñecas" es como se llama — me mostró una fotografía del edificio, no tenía mala pinta — es dirigido por un par de hermanas, Harumi y Yoko Masamichi