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- "Mierda..."- pensó con temor al olfatear el aire.

...

Sintió miles de ojos puestos sobre él, tomó aire profundamente y caminó hacia su mochila para sacar las pastillas del celo con calma. Mantener la calma era lo mejor que podía hacer para que el olor no se esparciera con velocidad y los estúpidos alfas de grupos superiores se sintieran atraídos.

Se tomó la pastilla y tomó un sorbo rápido de agua. Mantuvo la calma y una respiración relajada hasta que el supresor empezó a hacer efecto. Después de eso, tomó su mochila, sus cosas y salió por la parte de atrás de la escuela. Los góticos giraron su mirada hacia él con desaprobación al verlo salir por ahí.

- Van a darme una paliza si salgo por la puerta principal.

- No te hemos preguntado nada, conformista mediocre y cobarde.

No dijo nada, solo hizo una mueca y salió de allí a paso rápido para que nadie se diera cuenta de su presencia huyendo.

- ¡Ahí va!- gritaron a su espalda.

- Mierda, mierda, mierda...- susurró en bajo acelerando el paso más todavía.

Y si alguien pensaba que el viernes podía empeorar más, pues lo hizo, porque lo atraparon y arrinconaron en un callejón sin salida en el que McCormick había cometido el error de acceder y caer. Tal vez sí debería haber seguido su carrera hasta su hogar, pero temía que le hicieran daño a sus hermanos o que lo atraparan antes de llegar a casa.

Oh, ¿Qué dicen? Ah, si, por supuesto que la situación empeoró.

El efecto de la pastilla, por la adrenalina, las emociones disparadas, el sentimiento de inseguridad y otras tantas cosas más acabaron consumiendo el efecto de la pastilla con tan solo media hora de efecto y empezó a liberarse su olor en celo.

Un celo de un omega que no había sido tomado, porque por más que había tenido sexo, jamás había anudado...

La lujuria resaltó en los rostros de la mayoría de los alfas. Todo lo contrario que en el caso de Kenneth, que estaba tan horrorizado que lo único que podía pensar en esos momentos eran si gritar era una buena opción. Tomó aire profundamente para calmarse por dentro, cosa complicada cuando sabía y sentía que iban a matarlo cruelmente después de violarlo entre todos y con la cuenta de al menos quince alfas, la cosa no estaba para poder relajarse.

- Suficiente de correr, McCormick... cometiste un grave error al meterte conmigo...

El rubio oro mantuvo un rostro impasible, no quería demostrar que estaba asustado en realidad. Disimuladamente se llevó una mano al bolsillo para hacer una llamada perdida, el sistema de protección para los omegas tenía la ventaja y desventaja al mismo tiempo de que sus teléfonos estaban terriblemente controlados, no solo por el contenido que estos pudieran acceder, sino también por otro tipo de contenido como el de poder rastrear los teléfonos móviles al hacer una llamada perdida. Su único problema era que debía activar ese mecanismo de protección de omegas ya que tenía una aplicación algo poco legal que le permitía inhibir su teléfono de la protección omega porque odiaba que lo tuvieran controlado y no le permitieran buscar pornografía o moverse por donde quisiera.

Hizo una llamada perdida a alguien en su lista de favoritos, no miró quien fue y después vigiló los movimientos de los alfas que se acercaban lentamente.

- Agarradlo.- ordenó el castaño ajustando sus lentes con una sonrisa socarrona.- Me debes el polvo por el que pagué, zorra.

Kenneth entrecerró los ojos.

Al menos cinco o seis coches de policía llegaron justo a tiempo cuando el rubio ya había sido despojado a la fuerza de su chaqueta y parte de su pantalón. Una cantidad exagerada de policías apuntaron a todos los alfas con sus armas exigiendo que soltaran al omega y este rápidamente se alejó de ellos sacando las pastillas del celo que hasta ese momento hubiera sido una estupidez tomarse.

182.- Tres y medio (Todos x Kenny) (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora