# ⌕'' 00 𓂅 ☕

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— Es que no lo acepto Chan, ¡Esto es muy injusto!. — comentó el escorpiano.

— Lo sé, pero sabes que no podemos hacer otra cosa. Te aconsejaría que en vez de quejarte comenzaras a buscar otro trabajo y te despidas de este lugar de una vez por todas. — soltó el Australiano, intentando que el contrario comprendiera y asumiera la situación.

Aquél era Lee Minho; un coreano de 23 años, escorpiano, con un sentido del humor bastante sarcástico y que además era dueño de una cafetería ubicada en el centro de Seúl, quien en estos momentos se encontraba charlando con su compañero de trabajo: Christopher BangChan.

El edificio se encontraba medianamente vacío -por lo menos en cuanto a clientes- ya que el ambiente estaba repleto de quejas, decepciones y un mal sabor de boca por parte del dueño de aquél lugar.

Tendremos que aprender a vivir con esto, Lee.

8 palabras que, desde que salieron de la boca del mayor, no paraban de dar vueltas en su cabeza. ¿Ésto era el final? ¿Supondría ésto el fin de sus días llenos de ese olor a café tan característico que abrazaba a su corazón cada mañana?.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el inconfundible sonido de campana proveniente de la puerta principal del establecimiento.

¡Hola Jisung! ¿Qué te trae por aquí hoy?.

El trabajo me deja agotado, además, siempre es buen momento para tomar un café Chan.

Jisung, nombre desconocido para Lee. Éste se caracterizaba por reconocer las caras y recordar los nombres de todos y cada uno de sus clientes, lo que le permitía tener conversaciones más llevaderas con ellos. Pero, ¿Quién era Jisung y por qué jamás había escuchado su nombre?

Ya me lo imagino... ¿Te pongo lo de siempre, Sung?.

El chico de cabellos color castaño se limitó a asentir, mientras le dedicaba una educada reverencia a Minho.

Él es Jisung, viene todos los Jueves a esta hora, pero como es tu día libre nunca lo llegaste a conocer. — Al parecer, el Australiano se había percatado de la mirada curiosa del Escorpiano hacia el presunto desconocido.

Sin embargo, aún sin conocerse había algo extraño que Lee sentía, tal sentimiento provenía del nuevo cliente. Guiado por aquella intuición, buscaría cualquier excusa para acercársele y entender de una vez por todas el porqué de su extraño sentir frente a la presencia de este desconocido.

Quién, siendo sinceros, seguramente dejaría de ser un simple desconocido dentro de poco para convertirse en la pieza faltante del puzzle de Lee: su cálido corazón.

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Aquí está su pedido, disculpe la tardanza. — Comentó disculpándose Lee, quien le habría alcanzado a Jisung su orden únicamente para poder hablar un poco con él.

No te preocupes, Chan me comentó que hay mucho estrés por aquí estos días. ¿Algo va mal?

Inclusive si el tema no era algo que Minho quisiera sacar a la luz —por lo menos no aún— se alegró de no ser el único que quisiera sacar tema de conversación. Lentamente tomó un asiento frente al chico mientras soltaba un suspiro que denotaba agotamiento y mucho estrés.

La mejor pregunta sería ¿Qué no va mal? — Largó una risa que pretendía camuflar la seriedad con la que estaba abordando el asunto. — Hay mucho estrés por determinadas cosas que no estamos pudiendo resolver, pero no me gustaría gastar tu tiempo trasmitiéndote mi angustia.

Guardarse todo para uno mismo tampoco es lo más correcto. Suéltalo.

La consideración de Jisung había ablandado el escondido corazón del contrario, mientras dubitaba entre decir la verdad o esperar a intentar resolverlo por su cuenta.

Simplemente no están viniendo tantos clientes que de costumbre, nada del otro mundo en realidad. Pero muchas gracias por querer ayudar ¿Jisung, verdad?

Había elegido la segunda opción: esconder todo e intentar resolverlo por su cuenta, como un auténtico terco y testarudo frente a una situación inevitable y sin solución.

Eso es correcto. Han Jisung, un gusto. He de suponer que eres Lee Minho, Chan me habla mucho de ti. - El simple hecho de saber que lo conocía hizo que el corazón del escorpiano diera un vuelco.

Lo siento, pero debo irme a seguir trabajando. Fue un gusto conocerte por fin, ¡espero vernos pronto!.

Y con esas palabras se había ido del café dejando a Minho, quien tan solo volvió al mostrador mientras se dirigía a su compañero de trabajo sintiendo que el intercambio de palabras que había tenido con Jisung había sido efímero. Había quedado hipnotizado por él al igual que una serpiente con su encantador.

Chan...

— ¿Sí? — Contestó el extranjero.

Cuéntame más de ese chico.

A Love with Coffee Smell // MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora