Obsesión [Takefuyu ]

Adicción; Chifuyu Matsuno

Chifuyu no entendía lo que ocurría dentro de sí. Él sabía que era aquel sentimiento que había tenido lugar en él hace un par de meses, pero no tenía idea de que el mismo pudiese evolucionar a algo tan drástico como lo que estaba haciendo.

No era normal acosar a su compañero.

Había iniciado con cosas normales; tomarse fotos juntos y luego colocarlas en su pared o escritorio, salidas casuales varias veces a la semana o incluso ir a recogerlo a la escuela cada que podía, pero jamás en lo más remoto pensó que terminaría observando cómo duerme desde la ventana de su habitación.

Aquello no era normal, y peor aún, se había vuelto una costumbre para él, por lo que cada tres veces a la semana visitaba su casa a altas horas de la noche con el propósito de observar a su amado caer en los brazos de morfeo y quizás tomar una que otra fotografía del hecho.

Era hermoso.

Sus mejillas coloreadas de un rosado natural, sus delgados y apetitosos labios entreabiertos dando paso a una calmada respiración que indicaba el sueño profundo, y sus pestañas, oh sus pestañas, las mismas caían sobre sus pómulos adornando los mismos con la majestuosidad de sus rizos, era divino.

Aquello se había vuelto su adicción, una adicción peor que cualquier droga que existiera en el vasto mundo.

Era insano, pero no tan insano como el hecho de que en más de una ocasión se masturbo pensando en aquella imagen del bello durmiente, le excitaba, le provocaba escalofríos. Fueron muchas las veces en las que llegó al tan ansiado orgasmo gritando a viva voz el nombre de su amado sin importarle un comino que los vecinos o en su defecto, su madre le escuchara, quería que el mundo lo escuchase, que supieran a quién le pertenecía.

Porque ese era su más grande anhelo, algún día pertenecer en cuerpo y alma a aquel que tantos gemidos y suspiros le había arrebatado.

Si...

Takemichi se había vuelto la droga más placentera para Chifuyu.

Era su adicción.