Obsesión [Takefuyu ]

Regocijo; Hanagaki Takemichi

Takemichi se sentía satisfecho.

Por primera vez en mucho tiempo había logrado su cometido, claro, no ha sido de la forma más honesta que digamos, pero cumplió con lo que se prometió a sí mismo.

Se deshizo de Baji.

Pero te preguntaras, ¿cómo lo hizo? Bastante simple, solo dejó las pitas necesarias para guiar todo a un suicidio premeditado.

Todo empezó con el acoso. Con la falsa sensación de seguridad que le provocaba su compañía a Baji, luego continúo con la presión escolar, esparció rumores de Keisuke que llevaron a la mierda su reputación escolar, lo convirtieron en un marginado, pasó de ser el más fuerte y respetado, a ser sólo un matón que lastimaba inocentes. Si bien nadie podía hacerle frente a su fuerza física y encestarle un golpe, las palabras hieren lo suficiente como para hacerle mierda.

Como tercer paso, se metió en su relación con Chifuyu, se encargó de que los rumores de Baji llegaran a él con evidencia para que todo aquello fuera destrozando poco a poco la confianza ciega que le tenía Matsuno al pelinegro.

Y como cereza del pastel, Takemichi fue tan descarado que incluso su madre desconfió de él y le obligó a dejar la Toman con tal de proteger a su hijo, sin embargo eso no recostruyó la confianza con ella. Llegaron a un punto en el que se sentían como extraños habitando una casa solo por compromiso.

Keisuke quedó hecho mierda.

Hanagaki se encargó de que todos y cada uno de sus puntos más preciados cayeran junto con él, y como él seguía siendo la única persona que lo escuchaba y quedaba  su lado tuvo el deleite de ver como poco a poco se desmoronaba frente a sus ojos. Solo fue cuestión de tiempo para que la bomba explotara.

Takemichi se miró en el espejo, sonrió ante la imagen que reflejaba de haber llorado durante horas por la muerte de un amigo, ahora solo quedaba disfrutar de lo que vendría después.

Chifuyu sería solo de él.

- Takemichi, ya baja, debemos ir a la cada de la Sra. Baji la pobrecita está destrozada -llamó su madre desde abajo, ella había estado junto a la madre del estobo todo este tiempo.

- Ya voy, mamá -respondió quedito, como si su voz se quebrara por un llanto que ni diquiera era verdadero.

Se vió en el espejo una vez más, ¿Qué pensaría Chifuyu si supiera que él fue quien acorraló a Baji hasta morir? Después de todo lo tenía en un pedestal por ser la persona más fuerte que conocía. Ese pensamiento le sacó una sonrisa.

Sólo tuvo que apretar los botones correctos para llevar a Baji a la locura, a alguien que era supuestamente el más fuerte de la prefectura, aunque después de todo...

Baji no era tan fuerte.