Capítulo 3.

44 7 1
                                        

Me quedo mirando fijamente la mesa.

-Laura, ¿me has escuchado?-Dice mi tía y yo muevo mi cabeza negando.

-Yo... lo siento. ¿Puedes repetir de nuevo?-Ríe.

-Que ya he hecho los tramites para el instituto. Nos vamos en dos semanas.-Abro mucho los ojos.

-¿So-sólo dos semanas?-Digo casi susurrando.

-Ajá.-Ella responde y empieza a guardar la comida.

Recuerdo que una vez fui a Londres, pero era demasiado pequeña. Sólo me acuerdo de los grande que es la casa de mi tía. Pero siendo sincera, nunca me ha ilusionado ir a Londres. Es una ciudad que nunca me ha llamado la atención. El tiempo siempre es malo... nublado.

-Por cierto- interrumpe mis pensamientos.

-¿Qué pasa?-La miro.

-Tus primos llegan a las cuatro de la tarde más o menos, así prepara tu habitación.- Sonríe.

Mis primos. Ya apenas hablaba con ellos. Son tres, Mery, Rebeca y Bruno. Tampoco es que nunca haya tenido tanta relación con ellos, aunque ahora sí.

Mery, tiene mi edad y es con la que más "hablo". Rebeca y Bruno son mellizos, tienen 14 años.

Cuando me doy cuenta, ha pasado media hora. Subo a mi cuarto y lo ordeno.

Al rato, escucho que llaman al timbre.

-¡Voy yo!- Digo mientras voy hacia la puerta.

Cuando abro, Mery viene corriendo hacia mí y me da un fuerte abrazo.

-¡Te he echado mucho de menos!- Ella me dice.

-Yo también prima-Sonrío.

Odio los abrazos y todas esas cosas. No me gustan nada, pero, tengo que aguantarme.

Saludo a los otros dos y vamos al salón.

-¡Hijos!- Mi tía se levanta y los saluda.

Yo miro hacia otro lado, no es porque no me gusta ver como una madre abraza a sus hijos, es porque cada vez que veo algo así, me recuerda que ya no tengo ni una madre ni padre a los que pueda abrazar.

Terminan y nos sentamos en el sofá para empezar a hablar.

-¿Y vuestro papá?¿Por qué no vino?-Digo.

-Se tuvo que quedar allí trabajando, viajamos solos... Aunque dentro de dos semanas lo verás.- Rebeca dice sonriendo. Cuando mencionó lo de Londres me puse mal de nuevo, pero no podía culparla. Si tuviera ahora la oportunidad de pedir dos deseos, la primera sin duda sería que mis padres no hubieran fallecido y la segunda que me fuera más tarde a Londres o directamente no ir nunca.

-Esto... tengo que ir a mi cuarto- Digo poniendo una excusa. Necesitaba hablar con Nash y que él me calmase, él es el único que lo consigue.

-¿Y qué tienes que hacer?- Bruno dice.

Mierda. ¿Por qué este niño tiene que meterse en todo?

-Eh... Un trabajo.- Sonrío nerviosa y voy a mi cuarto.

Después de estar hablando como una hora con Nash por teléfono, alguien llama a mi puerta.

-Pasa- Digo mientras me despido de Nash.

Mery entra y se sienta en mi cama.

-¿No quieres ir verdad?- Ella me dice.

¿Qué?¿Cómo lo adivina? Cada día me sorprende más.

-¿Qué?- Digo para asegurarme de que me enteré bien de su pregunta.

-Que no quieres ir a Londres, ¿no?- Ella dice y me giro para verla.

Suspiro- No... Sabes que nunca me ha gustado, y aquí tengo a mis "amigos", aunque sólo me importa Nash, ya sabes, mi mejor amigo. Y me va a costar mucho todo y ag- Digo y ella sonríe.

-Entiendo, sabes que voy a estar ahí siempre, ¿no?- Ella me dice en tono serio.

-Sí, y gracias. Igual te digo.- Sonrío.

Nos quedamos el resto de la tarde hablando de nuestras cosas. Dan las nueve y mi tía nos llama para ir a cenar.

—————————————————————————————————————————————————————

¡Gracias por leer! Votad y comentad.

Change.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora