Capítulo 1

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- tu sigueme valiente Titus. Esto no es para tamaraneanos cobardes. -caminó de puntas con la mirada fija y las mejillas infladas aguantando la respiración. Se detuvo- bueno, tambiem es mision para perros. Sigueme.

Estaba en el cuarto piso de la mansión, o como ella le decía. El castillo. Y así era, este era un castillo por más que todo el mundo diga otra cosa. Este lugar era enorme como en las peliculas de los castillos que había visto de Disney. Este era menos brillante pero seguia siendo lo mas real a uno, claro que su mamá le habia dicho que un dia irían a un castillo de verdad, y su papá habia dicho que irían a Disney para su cumpleaños número 4. Así que por ahora tenía que practicar como escabullirse en un castillo más pequeño para rescatar a la princesa.

Cierto. Hablando de una princesa. . .

Titus jalo su vestido púrpura.

- ya te dije Titus. Esto es para valientes.

El perro insistió y gruño para tratar de detenerla.

- nunca me dejan entrar aquí. Sé que vi a una princesa aqui, quiero confirmarlo. - el can se rehusaba a dejarla avanzar. - vamos amigo, quiero ver nada mas.

El perro aun se negaba y comenzaba a gruñir, pero sin ser amenazante. No queria asustar a la pequeña.

-esta bien amigo. Ya no ire hacía alla. - dejó de intentar seguir y el perro dejó de morder su ropa casi suspirando por el buen comportamiento que por fin presentaba la pequeña.

-sólo correre hacia el- y tan rápido como lo dijo ya estaba haciendo lo anunciado. A titus le tomó unos segundos para comprender y seguir a la escurridiza niña, que como siempre, era su responsabilidad cuidarla y vigilarla cuando la pequeña venía a la mansion.

Abrió la puerta tropezando por que Titus ya la habia tirado de bruces.

-auuu, no me lo merecia amigo.

Recibió un ladrido de Titud que tenía una de sus patas puestas encima.

- bueno, sólo un poco- se echó a reir levantándose y sucediendose, hasta que elevó su mirada de frente, encontrando el cuarto que varias veces habia querido entrar.

Y era cierto. Habia una princesa.

De cabello negro como el ébano, atado a un lado de su hombro. La luz de la ventana y la brisa fresca movia elegantemente los mechones sueltos de su rostro. Un rostro muy bonito. Como la de lo dibujos que su padre ponía en la tele.

A pasos lentos se acercó hasta la cama de la princesa. No estaba dormida como la bella durmiente, pero si que era bella, estaba recostada en el respaldar de su cama con los brazos en su regazo y una mirada tan tranquila que apenas podia mirar del color de sus ojos pues parecia mirar sólo sus manos. Tenía ropa blanca así que la escena a sus ojos daba a una princesa. Una princesa atrapada en este cuarto. Quiso hablar, hacerse notar aún maravillada por encontrarla.

- te dijimos que aquí no puedes entrar- habló molesto su padre atrapandola en el acto y cargandola en brazos. - estas castigada señorita Grayson.

-p...pero papá. - se quejó.

-nada de eso. Ya verás niña- fue arrebatada por Kori quien la cargaba muy molesta.

- ¡pero encontré a la princesa!

-disculpa cariño- comentó en voz baja a Dick, mirando a la que se encontraba en ese cuarto.

- esta bien. Diles que ya la encontramos, bajo enseguida. - le dio un corto beso en la mejilla y revolvió el cabello negro de su hija. -ya verás Grayson.

-no hice nada malo. -hizo un puchero siendo puesta en el hombro de su madre muentras salian de ahí. -Titus me estaba cuidando.

El aludido se quejó ofendido.

Lo último que vio la pequeña de ojos grandes fue a la dichosa joven ser alumbrada con la luz del sol. De verdad tenía que ser una princesa. No había otra respuesta.

Titus suspiró al ver a la revoltosa ser llevada en el hombro de su madre.
Pero al saberse en este cuarto, bajo la cabeza y gimio de pena al acercarse a la cama de su dueña.

-si Titus, ya se. -fue acariciado en la cabeza. - extraño tanto escucharla. - suspiró- te hicistes muy bella demonio- acomodó los cojines de su respaldar y se sentó en la orilla de la cama de sábanas azules. Depósito un beso suave en su frente. - esta más grande que la última vez que la vistes, ¿no? Es increíble como funciona la fisionomía tamaraneana, realmente debe tener casi tres años pero parece de cinco. - sonríe. - es igual de revoltosa que tu.

Titus gimio de pena una vez más.

- lo se amigo.- Acarició la mejilla de joven y le dio una última mirada antes de salir del cuarto.

...

La claridad de este lugar era tan pacífico. Una melodia en el aire sin saber de que lugar provenía exactamente. No importaba.

Respirar y suspirar era tan gratificante que lo hacia varias veces.

Su pasatiempo era mirar el paisaje, aunque el agua cristalina con la bultosa neblina transparente que rodeaba ese lugar le impedía ver más allá, pero eso no importaba. De echo, aquí nada importaba nada.

Se inclinó a tocar el agua que brillaba aunque no habia sol, sólo luz.

Aquel bote con madera la llevaba sin rumbo y no importaba. Nada importaba aquí. Era un lugar enorme si lo comparaba... con cualquier cosa que exista en el mundo. Si es que existía algo más que este lugar. Pero que importaba.

Cada segundo aquí es como si pudiera respirar por primera vez. Siempre era como la primera vez.

Se inclinó hacia el borde del bote y tocó el agua. Tibia y cálida, y se oía el resonar de las ondas provocadas por el contacto de sus dedos con el agua.




Redención (2 temp de Legado Al Ghul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora