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  Llevaba un año y medio saliendo con Seun Mi. Era un niño precioso y extremadamente adorable. Sus cabellos eran de un brillante color cafe oscuro, los que pintaba de un rubio dorado. A mi parecer; lo hacían ver igual que un ángel, mi ángel.

  Lo amabá, realmente lo hacía. Tanto era mi amor por el, que pese a asistir a la facultad de psicología y ejercer el labor de mesero en un restaurante, decidí mudarme de mi pequeño departamento a uno más grande, con la intención de que convivamos juntos, y así, formalizaramos nuestra relación. Por defecto, el precio de aquel alquiler no era nada económico, y eventualmente decidí conseguir otro empleo más de medio tiempo. ¿El cansancio? Era irrelevante, si debido a mi esfuerzo podía sostener los gastos de un hogar y permitir que ambos estudiaramos tranquilamente.

  La humedad cubría las calles, a causa de la ligera llovizna, que cayó en la tarde.
  Llegué de mi trabajo empapado, me quite el saco y lo colgué en el perchero. Deseaba tomar una ducha caliente para relajarme y no resfriarme. Pero recordé que tenía que preparar la cena, con los comestibles que había comprado de camino a casa. Suspiré agotado, mi dongsaeng no sabía cocinar.
  Caminé en locación a la habitación que compartíamos, para cambiarme de ropa, y al instante abrí mis ojos ante el asombro, de que el se dedicará a organizar su maleta.

—¿Qué-qué haces? —pregunté anonadado.

—Me voy—. Respondió firme, casi inaudible.

—¿Qué es lo qué has dicho? —interrogué incrédulo.

—Me mudare SeokJin.

—Es de noche Seun..

—Lo se —. Asintió cerrando su valija, y fijó su mirada que anteriormente se hallaba perdida, en mi—. Se que estarás bien. Admito que... fue lindo mientras duró—, agregó parándose de puntitas para besar mi mejilla. Permanecí estático, y al caer en cuenta de que se trataba de una despedida; lo seguí a la entrada.

—¿Bromeas cierto? —cuestioné levemente alterado al apresar su muñeca—. Tu.. debes estar jugando —. Reí no queriendo creer lo que articulaba con cinismo, al girarlo usando algo de fuerza.

—... —resopló esquivando mi escrutinio—. Se acabó, lo nuestro se acabo Kim SeokJin—, replicó sin pelos en la lengua, como si aquella afirmación no le afectara en lo más mínimo. En cambio, yo me encontraba destrozado, mi pecho dolía, y las lágrimas en mis rojizos orbes amenazaban con salir.

—¡No! ¡No puedes hacerme esto! —Vociferé enfadado y lleno de frustración, al samarrear su delgado brazo—. Somos novios.. hace más de un-año.. —mi voz se quebró.

—¿Y qué? —indagó en indiferencia al zafarse de mi agarre—. Oh.. tu pensaste que yo.. —Señaló a su persona—. Iba en serio contigo? —Sonrió divertido—. No mi amor, eres guapo, si. Sin embargo, tu utilidad para mi; expiró —. Negué rápidamente con la cabeza; las palabras salpicadas de veneno, que salian de su boca, no podian ser reales. No.. mi tierno bebe no era frívolo y calculador, esos adjetivos no lo caracterizaban—. Asi que.. ya deja de humillarte, es repulsivo —, arrugó su nariz en desagrado, al divisar las gotas saladas, que se escurrieron hasta llegar a mi mentón.

—No hagas esto, por favor —le rogué asustado de perderlo—. Yo.. te amo —. Confesé en mi ultimo intentó de que cambiará de opinión.

—¡Aishh! ¡Conseguí a alguien más! ¡Y es mucho mejor que tu! ¿contento? —porfirió hastiado de mi lamentable estado, y mis belfos se entreabrieron ante la sorpresa.

  En mí mente se vislumbraron algunos de los recuerdos bonitos que atesoraba. La mañana que lo consolé, cuando uno de sus profesores lo menos precio por un párrafo mal redactado, la cena a la luz de las velas, en que le regalé rosas blancas al cumplir cien días de noviazgo, las veces que fui a buscarlo a las residencias de sus compañeros por miedo a que le pasara algo. Las imágenes se plasmaban una tras otra; en el parque, sentados bajo un árbol, el me sonreía con resplandor en sus pupilas, y me decía que me amaba. Tales proyecciones se rompieron cual cristal, generando que un fuerte puñal se clavara en mi corazón, lo que se acrecentó al percatarme que el que juro nunca separarse de mí, me observaba con repudio. Una ira desenfrenada se desbordó dentro de mí, y mis acciones se guiaron por impulsos, siendo mí palma la que se estrelló contra su cachete, volteandole la cara.
  Mí reacción de preocupación fue tardía, pues ni yo mismo caía en cuenta de lo que había sido capaz de hacer.

—¡Lo siento! No quise lastimarte —me disculpé. El sentimiento de culpa se caló por mis huesos velozmente; jamás había dañado a ninguno de mis amantes o amigos. No era un maltratador, no lo era. Posteriormente, acune su rostro enrojecido, importandome poco los ulteriores acontecimientos, por consecuencia el me apartó bruscamente.

—Adios Kim —. Apoyó su mano en la zona herida, adaptando un aura dolida, y cerró la puerta del acogedor apartamento.

  Automáticamente mis rodillas cayeron al suelo, los berridos resonaron a cántaros de mi garganta, y la tristeza consumió cada centímetro de mi cuerpo.
  Los sucesos de la ruptura me golpearon semejable a un balde de agua fría en plena nevada.

  Al final del día, el cuarto se veía vacio, sin vida, y la cama que compartia con el, la percibía helada.
  Extrañando la calidez que su espalda me brindaba al reposarse en mi torso, me abracé a mi mismo, autoconsolandome, y cerre mis parpados hinchados; "Mi Seun, ¿alguna vez me amaste? ¿Tus sentimientos por mi.. en verdad eran sinceros?" fue lo último que sopesé antes de quedarme dormido.
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𝔇𝔢𝔡𝔦𝔠𝔞𝔡𝔬 𝔞→MiauMiau248 paulamateusarias Jacinse2
Thanks por su apoyo 💜

¡Hello bellas personitas!
  Quería agradecerles por llegar hasta aquí con su lectura 👀 & a los que ya me leyeron anteriormente, les pido disculpas, tuve problemas con mí cuenta, básicamente estoy reescribiendo todo.

Pd: Espero que les haya gustado el capítulo.☺️
  »Ro🦉Fer«
7.07.22
Editado: 20/06/24

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