KISS LIST (JENLISA)

3. Primer encuentro

-JENNIE-

Esto tenía que ser una jodida broma, ¿verdad?. Yo Jennie Kim no podía salir y con una mujer y peor aún con un rara como ella. Rosé y todos tenían que estar bromeando.

—Esto debe de ser una broma.— dije mirándolos a todos.— No pienso salir y besar a una mujer.

—¿Y que tiene de malo?.— dijo Sadie.— Ya has salido con nerds y tipos para nada atractivos y no te quejabas de eso.

—Si pero esto es diferente.

—¿Y cual es la diferencia?.— preguntó Rosé.— ¿En qué ellos eran hombres y ella es una mujer?. No deberías de tener un problema con eso Jennie.

No podía creer lo que me estaban diciendo ambas, son mis amigas y en lugar de pensar como yo, se ponían a la defensiva conmigo.

—No me gustan las mujeres.— expresé molesta.— No soy una rara, me gustan los hombres.— frunci mi ceño.— ¿Comprenden?.

Rosé me miró por unos segundos en silencio y estiro su brazo para tomar el sándwich que se encontraba en mi bandeja.

—No es que realmente te importe que esa chica sea una mujer Jennie.— dijo mientras le dio un mordisco al sándwich.— Lo que realmente te importa es no ganar la apuesta.— estudio mi expresión y prosiguió.— Te importa que esa chica no te haga caso y tengas que rapar tu bella cabellera y perder tu estatus aquí, tienes miedo de eso, ¿Oh me equivoco?.

Por un momento me sentí nerviosa pero traté de recuperar mi postura al respecto de esto.

—Te equivocas, y les demostraré a todos ustedes que yo no le tengo miedo a nada.— los mire.— Ganare esta apuesta y todos tendrán que humillarse por mi.— me levante de mi asiento.— Los veo después.

Me despedí y salí del lugar rápidamente.

[...]

Corría tan rápido que nisiquiera me detuve ningún segundo a tomar aire, maldita sea el momento en que pensé que ponerme un sostén strapless para salir a correr era lo mejor.

Salía a correr en las noches para despejar mi mente, ya habian pasado dos días en que había aceptado la apuesta y estaba pensando en cómo acercame a mi víctima pero no había encontrado la ocasión.

Aún era septiembre y solo tenía nueve meses para poder besarla y romperle el corazón en el baile.

Suspiré cansada de solo pensar en todo lo que tenía que hacer, ya había aceptado y aparte mi reputación y cabellera estaban en peligro por eso.

Comence a correr de nuevo para terminar de una vez mi rutina. Una voz y un sonido de guitarra acústica detuvo mi ruta.

Me salí de mi camino habitual y caminé por las pocas calles en dirección a donde provenía aquel alboroto y ahí estaba, sentada en una banca con la guitarra y varias personas a su alrededor.

—There is no upper hand
I'm giving you mine
It doesn't have to end up wasting your time
There's things that I could say
But hear it my way
I want to let you know that it's all okay.

Me acerqué y pude ver que las personas ponían dinero en su estuche, mientras ella seguía cantando y tocando.

Su cabello suelto brillaba con la luz de la luna y eso hacía que este se viera como un algodón de azúcar.