Stranger Things [You are my sister and i love you...]

Capítulo 6: La casa de Víctor Creel

༻𓊈𒆜Stranger Things𒆜𓊉༺

Todos nos apartamos dejándole camino a Robin para que aventara el ladrillo. Cuando lo hizo, el cristal de esta fue roto dejando un agujero. Steve metió su mano y la abrió.

Comenzamos a entrar poco a poco. La casa si que se veía vieja y muy sucia. La madera rechinaba. Hasta podía sentir el polvo entrar por mis fosas nasales.

—Parece que olvidaron pagar el recibo de la luz —bromeó Dustin.

Prendió una linterna.

—¿De dónde las sacaron? —preguntó Steve.

—¿Necesitas que te diga todo?. Ya no eres un niño

—Gracias.

Adriel sacó de su mochila dos linternas, una me la dió a mi y otra se la quedó él.

—Vamos —susurró colocando una mano detrás de mi espalda para caminar.

Era una casa común y corriente, con divisiones comunes como cualquier otra casa.

—Una pregunta —habló Max—. Todos ven eso, ¿cierto?.

Señalaba un reloj grande el cual no funcionaba.

Todo respondimos que sí.

—¿Es el mismo que viste... —interrogó Wheeler—... en tus visiones? —Max asintió.

—Pues... —habló Robin— solo es un reloj, ¿no?

Se acercó aún más y limpió el polvo con su mano.

—Un reloj normal.

—Qué tiene ese hechicero con los relojes, ¿podría ser alguien que hiciera relojes o algo así?.

—Creo que lo decifraste Steve.

—No, pero podemos asumir que sí es un humano —comenté—, o bueno, lo fue...

—Yo solo se que, aquí hay respuestas, en alguna parte. Bueno, todos quédense en parejas, Robin, subamos.

Las parejas se dividieron bastante bien, me daba mucha seguridad de que Lucas se quedara con Max aunque me hubiera gustado hacerlo yo.
Adriel y yo nos metimos al fondo de la casa. Había una silla mecedora frente a una pared sin nada.

Sentí un líquido salir por mi nariz. Con mi dedo indice toqué y ví que era sangre.

—Ay mierda —repliqué con molestia.

—¿Pasa algo?.

Adriel se colocó delante de mí. Apartó mi mano y sacó un trapo limpió para así colocarlo en mi nariz. Lo hacia con tanta atención y concentración que no pude evitar sonreír.

—Gracias —agradecí con voz baja.

—Es un placer —sonrió. Se alejó de mí—. ¿Te encuentras bien? —asentí con la cabeza.