3|| Los gemelos.

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En cuanto terminó la clase, me levanté con rapidez de la silla y la empujé hacia atrás haciendo ruido. Miré al suelo intentando ocultar mi vergüenza por haber llamado la atención de algunos compañeros y cuando Alex estaba a punto de comenzar a hablar, cogí el asa de mi mochila, le sonreí forzosamente y me dirigí a la salida.

Me sentía rara, como si estuviera inmersa en una película en la que estaban sucediendo cosas muy extrañas y la única persona que podía percibirlas era yo.

¿Ethan y Alex eran hermanos?

¿Quién era Damien?

¿Cuánto tiempo llevaba Alex en el instituto?

Numerosas preguntas comenzaron a plantearse en mi cabeza. No entendía qué relación podía tener toda esta extraña situación conmigo y porqué yo, de alguna recóndita forma, estaba involucrada en ella.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo de arriba a abajo y tragué saliva.

Todo esto me estaba dando muy mala espina.

Me dirigí a la salida del edificio con la intención de poder respirar aire fresco. Lo necesitaba. Sentía que me estaba ahogando sin motivo. Y es que tal vez les estaba dando demasiada importancia a unos chicos que acababa de conocer, pero sentía que había algo raro en todo aquello.

Cerré los ojos momentáneamente tratando de relajarme. El aire acarició mi cara y agradecí al instante la sensación de tranquilidad que experimentó mi cuerpo. Siempre había sido una persona curiosa y que trataba de entender todo lo que le rodeaba, pero era cierto que cuanto más tratamos de entender las cosas, más confusos acabábamos.

A lo lejos, hablando con una niña que suponía que sería de su clase, se encontraba mi hermano pequeño.

Sonreí, despejando un poco mis pensamientos y me fui acercando con parsimonia a ellos, divertida al apreciar cómo mi hermano se sonrojaba cada vez que su compañera le decía algo

Mantuve unos metros de distancia y, tras observarles unos segundos mas,  decidí interrumpir la conversación y salvar a Byron de aquel momento vergonzoso que estaba viviendo.

¿Qué le habría dicho aquella niña para que se hubiera puesto así?

— ¡Hola! — exclamé con una sonrisa dirige a la castaña. La niña muy amablemente me correspondió a la sonrisa y miré a mi hermano—. Tenemos que irnos By. Amy y Alice nos esperan en la cafetería.

Asintió con la cabeza y me separé un poco de ellos alzando la mano a modo de despedida. Byron rápidamente me alcanzó y le sonreí, pasándole un brazo por encima de sus hombros.

Mi pequeño hermano estaba comenzando a experimentar cosas de la adolescencia y yo no podía sentirme más que emocionada por él.

—¿Quién es tu amiga?— pregunté desinteresadamente. 

Él me miró y yo le guiñé un ojo, tentada a presionarle para que hablase y no me dejara más tiempo con la intriga. Soltó una pequeña risita y soltó:

— Se llama Samantha, pero la suelo llamar Sam, a pesar de que a ella no le guste.

Asentí con lentitud y él siguió hablando:

—Me parece divertido verla enfadada. Se cruza de brazos y espera a que me acerque a ella para decirle cualquier cosa.

— ¿Y se le pasa la molestia cuando lo haces? — él asintió pensativo y elevó los hombros.

— Supongo que sí. Me sonríe cuando lo hago.

Asentí con una sonrisa en mi cara y le quité la gorra de la cabeza a mi hermano. Instantáneamente después, se deshizo de mi agarre y trató de arrebatármela de las manos. 

Oscura SeducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora