𝒞𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁ℴ 𝒹𝒾ℯ𝓏

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Son Hyunwoo, miraba a su nueva mascota, pensando seriamente en si debería rendirse a la dicha idea de obtener su cariño. Habían pasado tres días, y él tez bronceada seguía sin conseguir algún acercamiento por parte del hámster. Ya no sabía que hacer, había intentado miles de formas, y entre ellas, utilizando algunos premios que quizás podrían gustarle; sin embargo, al igual que todos sus intentos, había fallado.

Comenzaba a perder la paciencia, y no soportaba el hecho de que se hiciera demasiado cercano a Hoseok, incluso la primera vez desde que se conocieron. No tenía ni idea de cómo obtener su cariño, y hasta cierto punto, llegó a pensar que él era el problema, que quizás su presencia le intimidaba o no utilizaba la voz adecuada para comunicarse con él.

— De acuerdo, no te molestaré más.

Suspiro rendido, tirándose al suelo dramáticamente y dispuesto a dejar de molestar al pobre roedor. Ya había hecho suficiente, y aunque los resultados no fueron como él quería, no le quedaba de otra más que darle espacio al hámster, y quizás cuando pase más tiempo con él, podrá acostumbrarse a su presencia.

Sin embargo, un pequeño cosquilleo se paso en su brazo, haciéndolo abrir sus ojos y centrando su mirada en aquella zona. El pequeño hámster, estaba caminando sobre su brazo, dirigiéndose hacia su pecho un poco inseguro. El cuerpo de Hyunwoo, se tensó de inmediato, mirando al roedor con asombro y negándose a hacer algún movimiento que pueda asustarlo.

Su corazón se estaba acelerando, y una sonrisa se había formado en su rostro sin que se diera cuenta. No podía creer que realmente tuviera al hámster en su pecho, caminando por allí hasta recostarse un poco cercas de sus clavículas, como si hubiese escuchado sus pensamientos y estaba empatizando con él.

— Ay no. — Murmuro, mordiendo su labio inferior al pensar en lo tierno que era el roedor. — Quítate, rata rabiosa.

Pidió, pero él no hizo nada para alejarlo, pues quizás, tan solo quizás, no quería que se fuera, no quería alejarlo cuando finalmente había conseguido este acercamiento tan apreciado. Su orgullo era demasiado grande, tampoco solía olvidar; sin embargo, también quizás, era más sensible de lo que pensaba.

— Está bien, quédate. — Suspiró con orgullo. — Pero, solo para que sepas, no te quito yo porque tengo miedo a que me muerdas. Solo es eso, así que no te sientas especial.

Rodó sus ojos, comunicándose con el roedor como si este fuera capaz de comprender sus palabras. No estaba cómodo en el suelo, era frío y duro, pero tampoco haría algo para moverse, estaba bien de esta forma hasta que el hámster decida marcharse de su cuerpo.

Sin darse cuenta, y haciéndolo solo inconscientemente, comenzó a sentir cierto cariño por el hámster; quizás porque el hecho de que se haya acercado, después de haber sido rechazado varías veces, le hizo sentir que el hámster ya estaba confiando en él, y que sí estaba así ahora mismo, es porque estaba comenzando a quererlo.

Sin embargo, mientras que él estaba bien con eso, alguien más seguía lamentándose cada madrugada.

Yoo Kihyun, sin perder la esperanza, siguió buscando por cada rincón de su casa. Pensó que quizás había buscado mal, que podría encontrarse en esos pequeños espacios que jamás se había imaginado, y que quizás, no había caído del balcón como sus amigos le habían dicho. "La esperanza es lo último que se pierde", se repetía a sí mismo innumerables de veces, aunque una parte de él, le decía que dejara de pensar así, porque la fe se perdía en cuanto alguien lo aceptaba, e inconsistentemente, Kihyun ya comenzaba a aceptarlo.

⋆˚。⋆୨ 𝐇𝐚𝐦𝐬𝐭𝐞𝐫 ୧⋆。˚ ⋆             » 𝗦𝗵𝗼𝘄𝗸𝗶 «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora