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—Oye Desmond ¿Qué tratas de hacer con eso? —Becky observaba ansiosa como el pelinegro sostenía una tijera cerca de su flequillo, Damian creía que si cortaba esa parte molesta de cabello Anya lo miraría con otros ojos

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—Oye Desmond ¿Qué tratas de hacer con eso? —Becky observaba ansiosa como el pelinegro sostenía una tijera cerca de su flequillo, Damian creía que si cortaba esa parte molesta de cabello Anya lo miraría con otros ojos.

El hada del amor le preocupaba que Damian hiciera algo estúpido con su cabello pero también le parecía gracioso como aquel universitario hacía locuras por su amor no correspondido.

Damian Desmond es el hijo de una gran familia influyente y poderosa teniendo tanto dinero en su poder podía ir a una de las mejores peluquerías para cortarse esa enredadera que tiene por cabello. Entonces...  ¿Por qué está tan obsesionado en hacerlo él mismo?

El pelinegro pensaba que, si hace unos cuantos arreglos a sus imperfecciones lograría que Anya cambiase de opinión sobre su persona. No sería inmediata la reacción pero sería el primer paso para hacer que Anya se abriera con él y tener una pista para descubrir el porqué de su odio. Pequeños detalles harían la diferencia en su vida y con esa información en las manos podría actuar inmediatamente para lograr que la pelirosa lo ame. Becky admiró aquella determinación del pelinegro, esos eran los clientes que necesitaba para subir de nivel en su trabajo.

Damian estaba midiendo la altura para no dejar su flequillo tan corto, ahora que miraba bien su cabello si necesitaba un pequeño corte porque le estorbaba la vista cuando leía un libro en la biblioteca, mientras calculaba el punto a cortar Becky interrumpió su trabajo arrebatándole las tijeras. Ella hizo alarde de sus habilidades con la tijera y sugirió que le permitiera a ella contarle el cabello, Damian dudó unos instantes Becky no le generaba confianza pero tampoco debe juzgar a las personas antes de tratarlas puede que el hada le de una sorpresa agradable, él nunca ha cortado su cabello y puede que cupido haga un mejor trabajo que él.

Damian dejó a Becky a cargo de las tijeras con la condición de cortar solo las puntas no más allá de lo que pidió, Becky asintió feliz jugando con aquella herramienta.

Una muy mala decisión por parte del Desmond se arrepintió muy tarde de haberle dejado su hermosa cabellera negra a ese ser sobrenatural torpe y mentiroso. Se escuchó un fuerte grito saliendo de la habitación del joven hijo de Donovand, un grito que pudo escucharse a kilómetros de su hogar.

—Mi error, lo siento —Becky intentó no reírse de Damian, era su culpa pero no sentía remordimiento de sus acciones. Justo en estos momentos necesitaba una cámara para captar el nuevo look de Damian, no dejó el flequillo muy corto pero estaba disparejo.

Damian ahora si necesitaba ir a una peluquería pero era muy tarde para buscar una, aparte, no iría a ningun lado con ese estúpido corte. Que diablos, Damian era millonario hizo una llamada y enseguida entró uno de los mejores peluqueros del país, Damian expulsó a cupido de su habitación para no ser vista por la visita y Becky incrédula le mostró el dedo de en medio a Damian por hacer tremendo circo al inicio, desde el principio hubiera llamado a esa persona en vez de estar jugando al salón de belleza.

❜ Una razón por la que me odiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora