-C-Channie...- intentó hablar, pero era bastante difícil si Chan besaba su cuello. -Cha-Channie Hyung...- llamó otra vez, mientras que sentía más besitos siendo repartidos allí.
-¿Mmh?- preguntó Chan, sin prestarle atención realmente. Estaba más concentrado en besar cada parte de su piel, desde su mentón hasta su cuello, pero lentamente, y con suavidad..
-H-Hyung... Ya-Ya debemos ir a clases.- trató de decirle. Chan se separó levemente, apoyando sus manos a los costados de los muslos de su menor, reposándolos ahí y estando más inclinado, cerca de su rostro.
-Bebé, yo... tengo algo que decirte antes.- susurró, dándole un pequeño piquito.
-Um... di-dime, Channie.- sonrió, moviendo sus piecitos de atrás hacia delante -ya que permanecía sentado en la mesa del lavamanos mientras esperaba a que Chan hablara.
-Verás...,- empezó, alejándose un poco de su cara para poder hablar, sintiéndose relajado por cómo Chihoon acariciaba su cabello -a mí... a mí me gusta alguien.- dijo, mordiéndose el labio inferior.
Los ojitos de Chihoon perdieron su brillo rápidamente, sintiéndose decaído. Hizo un pequeño puchero que Chan no llegó a ver, bajando sus lindas manos hasta mantenerlas en su regazo.
-¿Le... le gusta alguien, Channie Hyung?- preguntó, su mirada decayendo hasta observar un punto a la nada.
El pelinegro asintió con lentitud, haciendo un bajo ruido en afirmación.
Chihoon se mordió el labio inferior.
-Entiendo...- susurró. -¿Quién es, Channie?" preguntó sin más.
El silencio reino el lugar. Chan seguro de querer decírselo, después de todo, conocía a su mejor amigo y estaba claro que el sentimiento era mutuo por todos los besitos que se estaban dando. Aún así, no dejaba de sentirse inseguro.
Tragó saliva, sintiéndose más pequeño gracias al nerviosismo-conforme pasaba el tiempo. No le hacía sentirse mejor el que Chihoon no estuviese mirándole.
¿Y si sabía lo que iba a decirle, y por eso repentinamente se había puesto así? ¿Y si no sentía exactamente lo mismo?
Mordiendo su labio inferior, descartó aquellos pensamientos. Ya no quería guardárselo más, quería tener aquel peso menos y hacerle saber a su mejor amigo lo que sentía.
Chihoon habló otra vez, desconcertando a Chan.
-¿Es esa chica, con la que te besaste antes?- ante el silencio preguntó poco audible, apenas llegando a los oídos contrarios.
Chan negó efusivamente, con sus ojitos grandes a causa de la sorpresa.
-No, no, ya sabes la historia, mi vida. Fue todo culpa de... de ya sabes. Ni siquiera sabía quién era.- resopló, recordando aquella ocasión con repulsión.
-Um...- asintió. -Entonces... ¿quién?- siguió, temiendo preguntar. No sabía si estaba preparado para una respuesta.
Porque es que Chihoon a veces podía ser tan ciego.
-Me...,- empezó, cortándose al instante y tragando saliva otra vez -tú m-me gustas, Chihoon.-
Lo hizo, finalmente lo hizo. Quizá no de la mejor manera, quizá no en el mejor lugar, porque no, claramente el baño del instituto no era el lugar más romántico ni bonito para confesarse, pero quería hacerlo, y por el simple hecho de estar con Chihoon allí, ya lo hacía especial. Mucho más, después de ver cómo el pelirrubio levantaba la vista con rapidez, su boca entreabierta, ojitos grandes y brillosos observándolo con sorpresa.
Tan precioso.
-¿Q-Qué?-
-Que me gustas tú- repitió. -Lo siento si... si no me confesé en las mejores condiciones, pero q-quería... debía hacerlo, no podía más. Me gustas mucho. Me tienes loco, Chihoon.-
Los ojitos de Chihoon brillaron aún más, y su sonrisa resplandeció en cada recóndito lugar de aquel baño.
-Pues...- movió aún más sus piecitos, pensando un segundo en lo que iba a decir -tú también me gustas, Channie.- soltó en un casi susurro.
Esta vez, los ojitos de chant se abrieron, no esperando que Chihoon se acercara hasta acortar la poca distancia que había entre sus bocas, juntándolas.
Reaccionó segundos después, moviendo sus labios al ritmo de los de Chihoon, apretando el cuerpecito del menor contra del suyo.
Sus bocas jugaron entre sí, saboreando el contrario con cariño. Chan lamió el labio superior de Chihoon, haciéndole jadear ante la sensación cosquilleante que sintió.
Chan llevó sus manos a los muslos de Chihoon esta vez, levantándolo desde allí. Chihoon enredó sus piernitas a la cadera de Chan, sosteniéndose con fuerza de él y sintiendo su espalda chocar con un poco de fuerza -que lo hizo jadear- a la pared.
-Mi amor- susurró Chan en la boca de Chihoon, apretando sus dedos en los muslos del menor mientras con un poco de desesperación comía la boca contraría. -Eres mío.... sólo mío, hermoso.-
Chihoon jadeó ante aquello, animándose - porque no tenía nada que perder- a ahora él, sorprender al mayor y bajar sus besos al mentón de Chan, mordiendo un poco esa zona. Bajó sus besos hasta el cuello, chupando allí, dejándole un pequeño chupón antes de decir:
-Y tú mío, Channie.- sentenció en su cuello, mordiéndole luego.
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