Narra Roseline
*Flashback*
Me encontraba vistiéndome para salir con mi padre en uno de sus muchos negocios. Esta vez se trataba de un señor dueño de una discoteca en la que trabajan prostitutas. Así que mi padre me obligo a ir, no se por cual razón. Empecé a colocarme el delineador en los ojos. Ya tenia una camisa blanca con una gorra blanca y unos jeans apretados y finalmente los zapatos.
-Roseline ¿Ya estas lista?- mi padre gritaba desde la primera planta.
-¡En un momento!-grite contestándole.
-Avanza, no pienso llegar tarde-grito.
-Lo se, lo se, ya estoy terminando-le dije colocándome el pintalabios para luego apretar los labios y frotarlos para acomodar el color rojo totalmente. Cuando termine baje las escaleras y camine hacia el garaje en donde se encontraba mi padre esperándome alado del auto negro.
-Eres tan hermosa como tu madre-dijo con una gran sonrisa picarona
mirándome de arriba hasta abajo "Si mi padre es un ligón, incluso con su hija "pensaba viéndolo con asco y despreció.
-Si era tan "preciosa" ¿Por qué la mataste?-le pregunte con un tono de sarcasmo haciendo que mi padre mostrara una mirada seria "Al parecer no le gusto mi comentario" pensé con una leve sonrisa.
-Eso no es asunto suyo-dijo serio abriendo la puerta del carro- ¡sube!-dijo el sentándose en el auto antes de cerrar la puerta con gran fuerza "Jajaja que fácil es cabrear al viejo" pensé sonriendo aun más para montarme en el coche.
El empezó a guiar como un maniático, cruzaba las luces rojas como si fuesen verdes y guiaba mas rápido de lo habitual. Cuando llegamos logre ver a las putas y prostitutas sonriendo hipócritamente mostrando mucha carne, para atraer hombres y lo conseguían. Mi padre siguió guiando ignorando a las señoras que le rogaban que se parase. Hasta que llego al estacionamiento que se encontraba tras la discoteca. Él se estaciono y bajo rápidamente del carro y yo tras él. Entro por la puerta posterior en la que se encontraban muchas habitaciones, allí se podía escuchar mujeres gritando palabras como "Dame mas" "Ah Dios!" aparte de los gemidos y yo con una cara de asco mirando a mi padre que se encontraba como si nada.
-Si que son Putas-dije.
-Si, son muy putas-dijo mostrando una sonrisa picarona.
-Puerco-le dije mirando su sonrisa picarona.
-Como digas hijita, recuerda que de eso saliste tu-dijo sonriendo mas.
Luego llegamos a una habitación llena de humo allí se encontraba un hombre con muchos tatuajes y putis sentadas a su alrededor.
-Hija espérame allí-dijo señalando la barra en donde se encargan las bebidas, con una mirada seria.
-Ok-dije sin mas caminando hacia allá.