Capítulo 19

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Maratón 4/?


-¿Por qué no fuiste?-pregunté. 


Se encogió de hombros.


-Ya me subí la vez pasada, me gusta más estar en tierra-dijo.


-Ya somos dos.


Nos sentamos en una de las bancas, sintiendo cómo el aire movía mis cabellos.


-¿De qué hablaban Dylan y tú?-preguntó, como quien no quiere la cosa.


Me solté a reír.


-Ya recordé que eres curioso-musité.


-Qué bueno que lo sabes, así que dime ahora-quiso sonreír.


-No, no te voy a decir. Eso es entre tu hermano y yo-no sabía por qué, pero la fierecilla se sentía demasiado bien provocando celos en Ethan, o al menos, creyendo que lo hacía.


-Me voy a enterar, ya verás-amenazó y luego sonrió.


-Ya veremos-reí.


-¿Quieres un helado?-preguntó.


-¿Intentas sobornarme con helado?


El rió.


-¿Puedo?


-Lo siento, no-negué con la cabeza, divertida.


-Bueno, entonces te lo invito, ¿quieres?


Le miré, entrecerrando mis ojos en él.


-Sin mañas-alzó las manos.


-Está bien.


Nos paramos y nos dirigimos a la pequeña heladería que estaba enfrente.


-¿De qué lo quieres?-me preguntó.


-Chocolate.


Me sonrió y luego se dirigió hacía el chico rizado detrás del mostrador.


-Due gelato al cioccolato, per favore [1]-musitó, con ese acento italiano ferozmente irresistible.


-Subito [2]-dijo el chico y se dio la vuelta, tomando dos copas y depositando en ellas dos bolas grandes de helado de chocolate en cada una.


Le colocó chispas de chocolate arriba y luego nos lo entregó. Yo le agradecí con una sonrisa. Ethan le pagó al chico y éste se dio la vuelta de nuevo para tomar el cambio.

Manual de lo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora